En agosto de 2005, en una carta al director enviada por Carolina Alguacil al diario El País, se acuñaba el término mileurista, en el que una generación de españoles emocionalmente trastornados por ‘La bola de cristal’ ha encontrado la mejor definición de su situación laboral, que a la edad de los veinte y treinta años, quiere decir *vital*: valer mil euros mensuales. Por encargo de la editorial Ariel, la novelista bilbaína Espido Freire ha entregado a la imprenta su ¿cuarto, ya? ensayo, ‘Mileuristas. Retrato de la generación de los mil euros’, que esta tarde ha pasado breves instantes por mis manos. Luego me he fijado en que costaba 15 euros y he pensado que con ellos me podía tomar dos cubatas o doce deliciosos cafés mientras leo el periódico acodado dulcemente contra la ventana. No se hablaría de mileurismo si los combinados siguieran costando 700 pesetas y el café 125, pero esto es lo que hay. Cancelen sus cuentas vivienda, es el único consejo que se me ocurre antes de que Ahmadineyad consiga la bomba. ¿Cómo? ¿Que no entienden el farsi? ¡Pero si eran ustedes quienes sabían de idiomas!