Lo dicen los carteles que hay pegados por ahí, aunque no he logrado confirmarlo en ninguna web: el sábado 22, en Fever (que es el seudónimo discotequero de la sala bilbaína Santana 27), pinchará el ilustre Peter Hook, bajista de Joy Division y New Order y santo de mi devoción. Los aficionados al bajo -sí, señores, los hay- me apedrearán por lo que voy a decir, pero creo que es el único intérprete de este instrumento al que logro identificar por su sonido. Las canciones de New Order, que suelen ser sobresalientes, muchas veces se quedarían en notables sin su inconfundible aportación, con ese empleo de las cuerdas agudas que parece elevar la música en vez de bajarla a tierra. Y, con Joy Division, le corresponde un 25% -quizá algo más- de  la creación del sonido que ahora explotan grupos de moda como Interpol o los Editors.

En los últimos años, el hombre se gana un sobresueldo majo viajando de aquí para allá con su maleta de discos -concretamente, según he leído por ahí, de cedés– y pinchando en sitios más grandes la misma música que pondría en casa, en estricta aplicación de esa figura que los ingleses denominan celebrity DJ. «Se trata de compartir algunos de tus discos favoritos. El inconveniente para mí es que, cuando empecé a pinchar, lo último que quería era poner canciones de New Order. Tenía la sensación de que debía hacer otra cosa cuando salía
por ahí a pinchar, pero la cuestión es que la gente desea oírte a ti y ver que te lo pasas bien con tus propias canciones», explicó hace tres meses al King County Journal. Así que esperen su poquito de New Order y su poquito de Joy Division, aunque parece que al bueno de Hook le priva el rollo bailongo y tiende a hacer sesiones más dance que otra cosa: escuchen esto, que es un set supuestamente centrado en sus propios grupos, y me comprenderán. ¿Confirmará en Fever nuestra idea de que un DJ puede ser la cosa más aburrida del mundo?