El Papa ya tiene iPod. Los trabajadores de Radio Vaticano han regalado a Benedicto XVI un iPod Nano monísimo grabado con su nombre pontifical y una dedicatoria, aunque, ya puestos, se podían haber estirado un poco y haberle comprado uno de los grandes. El aparatito -blanco papal, blanco Apple- viene ya repleto de música, pero no se esperen álbumes de Blind Idiot God y Las Perras del Infierno, ni siquiera las rarezas de Astrud ni los grandes éxitos de Chimo Bayo: muy prudentes, los periodistas han seleccionado piezas de Beethoven, Mozart, Chaikovski y Stravinski, además de una dramatización estupenda sobre la vida de Santo Tomás Becket, obispo y mártir. «La tecnología informática es el futuro», comentó el Santo Padre al recibir el obsequio. Ya saben, cuidado cuando frecuenten el eMule o el Soulseek, porque a lo mejor ese misterioso usuario Bene que se descarga de ustedes el disco de Madonna les puede excomulgar si le ponen alguna pega.