No nos andemos con rodeos: la artista conocida como Enya canta tres canciones de su último disco en loxiano, un «idioma futurista de un planeta lejano» cuyos habitantes se preguntan si están solos en el universo. Estas cosas, cuanto antes se digan, mejor. Se trata, por supuesto, de una lengua inventada por una colaboradora de la vocalista irlandesa, aunque -como suele pasar con las lenguas inventadas para sugerir razas sensibles- parece fuertemente basada en el gaélico, igual que si aquellos antiguos celtas fuesen gente de cuerpo transparente y alma cándida, un poco tirando a elfos. A mí Enya no me va mucho, aunque su antiguo grupo Clannad me ha proporcionado plácidas siestas gracias a la sintonía de ‘Diálogos 3’, y esto es la gota que colma el vaso: ¿por qué tiene que ser tan pretenciosa? Dice que el inglés le resultaba demasiado «obtrusive» (vamos, que se hacía notar demasiado a la hora de dejarse llevar por una música tan divina) y que el latín o el propio gaélico no le encajaban en estas composiciones. Pues para eso, Enya, siempre ha habido una solución: ¡tararea! O, si quieres, invéntate palabras que suenen bien, como hemos hecho siempre los que nos peleamos con el inglés o como hacían otros tipos angelicales, los Cocteau Twins. Pero no es necesario que te saques de la manga un idioma completo, con su sintaxis, su alfabeto hecho de flechas y curvas y sus traducciones a lenguas reales: «Malkorrheeay onakoul ve pirrro» significa «llueve en Irlanda», hala. Tolkien estaba muy bien, pero ¡cuánto daño ha hecho en los espíritus delicados!
Por supuesto, la colaboradora de marras edita la semana que viene un libro sobre el loxiano, a catorce etéreas libras en Amazon.