Bono será un tío muy bueno -bonísimo, que diría el clásico-, pero no tengo tan claro que esa solidaridad hacia el débil -y el paupérrimo, por seguir en racha cultista- vaya acompañada de las dosis recomendables de humildad. En una entrevista con la CBS, el vocalista de U2 se ha mostrado convencido de que su música seguirá presente dentro de cien años, porque, ejem, explora «un terreno emocional que no existía antes». No nos pondremos aquí a evocar la añorada música popular de 1905, porque ya sabemos que sería una pizca demagógico: la posibilidad de grabar las canciones y distribuirlas por todo el mundo ha cambiado bastante el negocio, vale. Pero esa seguridad de permanecer nos ha recordado las encuestas callejeras que han hecho algunas televisiones con motivo del aniversario de la muerte de Franco, un tipo que seguramente tenía tan pocas dudas sobre la posteridad como Bono. Había jóvenes que no sabían, ¡no sabían!, quién era el mencionado muertísimo, y se trataba de veinteañeros aseados con libros bajo el brazo, no de oscuros personajes salidos del chabolismo. ¡Y eso que Franco también holló terrenos emocionales inexplorados!
A ver si este blog sigue en la red en 2105 y podemos hacer balance de cómo le ha ido a Bono. Nos vemos entonces.