Si el dopaje amenaza con acabar con el ciclismo, ahora el Gobierno vasco parece que busca un método mejor para hacerlo. Pagar por ver el ciclismo desde la cuenta. Desde el Ejecutivo vasco afirman que “el ciclismo es un deporte que cuesta mucho y en el que el espectador que está a pie de carretera no aporta económicamente”. Eso es verdad, pero, ¿os imagináis subir Urkiola y que en la carretera estén 100 personas? Esta claro que, al espectador que le guste este deporte, no le importará demasiado pagar algo simbólico, pero no creo que sea la solución.
Organizar una carrera cuesta mucho, pero también genera ingresos y publicidad a las ciudades por las que pasa. Una etapa en la Vuelta a España cuesta a la ciudad de salida unos 100.000 euros. Si Bilbao fuera una ciudad de salida o llegada en el Tour de Francia, ¿qué dirían?
Si una etapa pasa por un pueblo, ¿creéis que los aficionados saldrán de su casa para esperar una hora para que pasen los corredores? En Andalucía, a más de 35 grados, y pagar para esperar el paso de unos deportistas que dura unos segundos. Creo que no es apropiado.