Es un fortín extraño, de diseño, hecho a la manera del siglo XXI. Una fortaleza que ni siquiera ha necesitado que el perímetro se concluya para empezar a dar resultados. Allí, como es natural, el Athletic se siente como en casa y eso se nota. Y es que nadie ha logrado llevarse los tres puntos del nuevo San Mamés. Desde que el Celta sufriera la primera remontada, Betis, Valencia, Villarreal y Elche han tomado el autobús de vuelta sin el honor de la primera victoria. Cinco partidos en que sólo ilicitanos y chés han logrado sumar un punto. Tampoco fue diferente el arranque liguero en el exilio forzado de Anoeta, donde los de Valverde se impusieron por 2-0. Esa exhibición de entereza en su feudo es una de las claves de que el Athleic se mantenga donde está, aferrado a la zona alta de la tabla, con 20 puntos y gozando de la quinta posición.
En las próximas semanas, el fortín será puesto a prueba. El sábado que viene el Athletic recibe al Levante en un choque aparentemente asequible. El siguiente será el Barcelona. Superar esa cita con el líder brindaría a los rojiblancos un breve oasis de tranquilidad ante Almería y Valladolid y tomar aire antes de recibir al Real Madrid. Estaríamos ya en febrero y, de no haber perdido ningún partido todavía, San Mamés habría comenzado a levantar su leyenda antes aún de tener techo. Un hito en la historia de los fortines.