Si el cine español fuera un sector económico normal, su situación sería de quiebra. Con mínimas excepciones, sobrevive solo gracias a las subvenciones, que se entienden en productos culturales que no buscan la comercialidad (cierto teatro, los museos, el ballet, la música clásica y algunos otros) pero no parecen justificables en un cine que en […]