Aparatosas secuencias de acción, cyborgs hasta el culo de testosterona, violencia a cascoporro y poca chicha en definitiva es lo que ofrece la nueva entrega de ‘Terminator’ que lleva por salvador título ‘Terminator Salvation’.
El omnipresente Christian Bale se encarga esta vez de meterse en el papel de John Connor. Muchas cosas cambian. No estará Schwarzenegger (al menos de prota) y James Cameron no la dirige. De ‘Terminator Salvation’ se encarga McG, responsable de las videocliperas entregas de ‘Los ángeles de Charlie’. Y aquí radica una de las taras de un filme que, por su imponente trailer, parecía que ofrecería más de lo que ofrece en realidad. La nueva entrega ofrece mucho ruido,pero poco más. Y es que Jonathan Nolan tuvo que meter mano en la historia para que finalmente Bale aceptara hacer de John Connor. Nolan es el hermano pequeño del director Chris Nolan con el que escribió el libreto de la fenomenal ‘El caballero oscuro’.
Incluso el secundario Sam Worthington le roba planos y protagonismo a un frío Bale que no llega a estar a la altura de su papel en ‘El caballero oscuro’, a pesar de que en esta también Heath Ledger le arrebata protagonistmo. Worthington fue reclutado por los productores después de rodar junto a James Cameron (padre de ‘Terminator’) su nuevo experimento, ‘Avatar’. Su papel del enigmático Marcus Wright es de lo mejor de un filme que se disfrutará muy fácilmente, pero que dejará un regusto a visto y revisto.
Sin embargo, no hay que negarle el hecho de que el estilo, la fotografía, el montaje, los efectos y las secuencias de acción están cuidadas al dedillo. La aparición de los ‘moto-terminators’ o del Harvester en una descomunal batalla imponen, sin olvidar una escena en la que el ‘napalm’ hace sus estragos.
Y es que uno de los retos del filme fue una secuencia en la que vuela por los aires una gasolinera en una refriega con el Harvester. Se utilizó un tanque con 1.000 litros de gasolina y la explosió alcanzó los 60 metros. Para planificarla necesitaron dos semanas y un montón de cámaras a control remoto y otras colocadas en varios helicópteros.
Lo del napalm ya fue harina de otro costal. En la escena, el helicóptero de Connor acaba en el río tras una detonación de la de dios es cristo. El rodaje tuvo lugar en Alburquerque, Nuevo México, paraje perfecto para el ambiente desértico que se quería imprimir al filme.
Pero a pesar de todos estos esfuerzos técnicos, el trabajo de McG se queda lejos del primer ‘Terminator’ (con un presupuesto de risa) o el bombazo que significó ‘Terminator 2′ (sobre todo a nivel de efectos visuales). De la tercera parte sólo se salva aquella persecución en camión de bomberos y poco más. De ‘Terminator 2′ hay un montón de secuencias para enmarcar , pero una de las mejores, y que ha sido incluso ‘robada’ para películas y series de bajo presupuesto, es aquella en la que Schwarzenegger ‘mini-gun’ en mano hace añicos coches-patrulla en un pis-pas.