La salsa bechamel, de origen francesa tiene la leche como ingrediente principal, luego le daremos el sabor que queramos. Es una salsa que siempre ha tenido su máxima dificultad en que no le salgan grumos. En este post os vamos a decir las claves para hacer una bechamel mágica.
Hoy en día hay una técnica que no falla en la que hay que seguir dos parámetros muy importantes: medir la proporción de aceite y harina (que siempre sea la misma) y espesarla a partir de leche hirviendo siempre.
La técnica, como podeis observar en el vídeo es:
Primero poner leche a hervir en un cazo al fuego, aparte en un recipiente frío mezclar la misma cantidad de harina y aceite, por ejemplo para hacer una bechamel que sirva para cubrir unos canerlos sería 80 grs de harina y 80 grs de aceite o mantequilla, mezclarla en este bol y cuando la leche hierva incorporarla, en un minuto estará lista y sin grumos. El sabor que le queramos dar se puede hacer bien a través de ese aceite o introduciéndolo en la bechamel ya hecha e hirviéndolo durante 10 minutos más a fuego muy suave para que no se evapore.
A continuación os digo la cantidad de harina y grasa par los diferentes tipo de bechamel:
Para croquetas: 160 grs de aceite 160 grs de harina 1 litro de leche
Para canelones: 120 grs de harina, 120 grs de aceite, 1 litro de leche.
Para verduras (espinaca, coliflor, etc): 90 grs de harina, 90 grs de aceite, 1 litro de leche
Y así en la medida que la queráis más o menos espesa debéis aumentar o disminuir la cantidad de harina con su misma cantidad de aceite por litro de leche.
Suerte y a disfrutar de la bechamel perfecta.