El sabor de una ostra se asocia por el medio en el que vive: la limpieza del mar, el sabor a yodo, los fondos marinos. Hay muchos tipos de ostras y hay que consumirlas vivas. Por eso los meses que contienen la letra R es un gran momento para degustarlas (Septiembre, Novimbre, Diciembre, Enero, Febrero, Marzo, Abril).
Supuestamente a las ostras hay que conversarle todo su sabor, pero curiosamente, cuando añadimos un sabor muy opuesto como la grasa de cerdo en una cantidad muy pequeña, el sabor de la ostra mejora. Gracias a la sal y el sabor del tocino, las ostras adquieren un sabor muchísimo más limpio y sabroso. Eso si, siempre tiene que ser una cantidad muy pequeña para que no sepa solo a tocino.