El pulpo es un animal singular, con tres corazones y con una inteligencia cada vez más sorprendente, incluso como adivinador-como en el caso de Paul, el pulpo del mundial de Sudáfrica-. Es un animal que pertenece a la especie de moluscos(almejas, mejillones, ostras, etc, …) concretamente a los cefalópodos, animales con una compleja alimentación a base de otros moluscos y generalmente de sabores intensos, complejos y agradables. El gran problema que tenemos a la hora de cocinarlo es su dureza, en contra de todos los animales marinos, su carne es tersa y dura como la de los animales de tierra. Antigüamente se les daba una paliza para ablandarlos, actualmente se congelan y descongelan-esta operación hace que se ablande su carne-; pero yo te propongo una forma muy práctica de cocerlo que me enseño un pescador de pulpos y es la siguiente:
En una olla a presión , introduces el pulpo sin agua, sin nada de agua. Entonces fuera del calor y con la olla en frío cierras la tapadera. Lo pones al fuego a la máxima potencia y en el momento que la válvula de la olla empiece a pitar lo dejas 5 minutos. A continuación, lo dejas en reposo dentro de la olla sin abrir durante 30 minutos. Al abrir la olla encontrarás un charco de agua, es el agua del propio pulpo, pero para que no te asustes es justo el peso del pulpo que te queda cocido, es decir, si has introducido un pulpo en crudo de 1 kg al cocerlo tendrás un pulpo cocido de 500 gr y una cantidad de agua de 500 gr. Ese caldo es extraordinario para cocinar por ejemplo unas patatas cocidas que acompañen al pulpo. La sal se añade en la mesa. ¡Suerte! y a seguir disfrutando del pulpo Paul, pero en la mesa.
foto /ccaviness