Sofía Casanova (1861-1958), una de las primeras corresponsales de guerra, permanece en el olvido. Sus ideas hicieron de ella una mujer políticamente incorrecta y hay un documental titulado ‘A maleta de Sofía’, elaborado por la productora Servicios Audiovisuais Galegos, SAGA TV, y dirigido por Marcos Gallego, que rescata la memoria de esta periodista y escritora gallega. La Universidad de Santiago de Compostela guarda en su biblioteca un centenar de obras suyas o dedicadas a ella. El Consello da Cultura Galega incluye en su ‘Álbum de Mulleres’ una reseña sobre esta autora. El Concello de Melide le dedicó una calle y la Fundación Galiza Sempre la recordó en una exposición sobre la historia del feminismo gallego. Pero fue su biógrafa, Rosario Martínez, quien la redescubrió con un libro que publicó en 1999.
Veamos quién fue. Sofía Pérez Eguia y Casanova de Lutoslawski.
Nacida en Almeiras, Culleredo, A Coruña, en 1861, se trasladó muy joven, junto con su familia, a Madrid, para poder estudiar y formarse. Con 15 o 16 años frecuentaba varias de las tertulias de la capital de España, donde ya se ponía de manifiesto su sed de conocimiento y de saber. En estos círculos conoció al profesor, filósofo y diplomático polaco Vicente Lutoslawski, con el que se casó en 1887, cambiando su residencia a Polonia, pero la pareja y su familia viajarán cada año a Galicia durante el período de verano, lo que le permitió a Sofía mantener una relación directa con su tierra. Sus desplazamientos continuos, como consecuencia de la carrera diplomática de su marido los combinó con su trabajo de periodista y con sus estudio de los idiomas de los países donde residió, lo que le permitió dominar ocho idiomas.
Esta actividad por toda Europa le permitió vivir acontecimientos como la lucha de las sufragistas en Inglaterra, el desenvolvimiento del sindicalismo, la formación del partido bolchevique en la Rusia zarista y, sobre todo, las dos grandes guerras (Primera y Segunda) y la persecución de los judíos por el régimen nazi en el gueto de Varsovia. Como mujer comprometida con su época y también para poder alimentar y sufragar las necesidades de ella y de sus hijas, escribió crónicas y opinó acerca de cada uno de estos episodios de la historia europea de la primera mitad del siglo XX. Colaboró en periódicos como ‘ABC’, ‘La Época’, ‘El Liberal’, ‘El Mundo’, ‘El Imparcial de Madrid’, además de en la revista ‘Galicia’ y en otras publicaciones gallegas y en prensa internacional como la ‘Gazeta Polska’ y ‘The New York Times’.
En el momento de la fundación de la Real Academia Galega en el año 1906, Sofía Casanova ya tenía trabajo y reconocimiento a nivel mundial, lo que motivó que fuera nombrada miembro correspondiente de este organismo y que en el año 1952 se le concediese por unanimidad el título de académica de honor.
Sofía Casanova solo tuvo hijas, lo que motivó que fuera repudiada por su marido y la familia de éste, ya que la descendencia del matrimonio no garantizaba la continuidad del apellido paterno. Por esta razón, en varias ocasiones ella y su familia vivieron al límite de la supervivencia. Por este motivo también, en 1917 trabajó como cronista de guerra en el frente polaco y como enfermera para la Cruz Roja en Varsovia. Regresó a Galicia completamente arruinada y casi ciega, aunque siempre contó con el cuidado y con el cariño de una mujer de Almeiras que, además de hacerle compañía permanente, mantuvo vivo en ella el idioma gallego y le ayudó en el cuidado de sus hijas. En 1938 visita A Coruña y su aldea por última vez. Aquí comienza la etapa más dura de su vida como consecuencia de la ocupación nazi del territorio polaco y de la II Guerra Mundial.
Publicó novelas, cuentos, una comedia, y más de un millar artículos en periódicos y revistas en Galicia, España, y Polonia. Su producción literaria, de narrativa, poesía y teatro fue muy prolífica. Incluye cuatro colecciones de poesía, cinco novelas, ocho novelas cortas, relatos cortos, una obra de teatro, un libro infantil y ocho volúmenes de comentarios sociales, culturales y políticos, además de más de mil artículos en publicaciones gallegas, españolas, hispanoamericanas y polacas. Impartió numerosas conferencias sobre la situación de la mujer y relaciones internacionales, tanto en España como en Polonia, tradujo obras clásicas desde el polaco y el ruso para el castellano. Como periodista y cronista destacan los artículos publicados en ‘ABC’ entre 1915 y 1936 y los títulos ‘La mujer española en el extranjero’ (Madrid, 1910), ‘De la Revolución Rusa’ (Madrid, 1918), ‘Impresiones de una mujer en el frente oriental de la guerra europea’ (Madrid, 1919), ‘La revolución bolchevista. Diario de un testigo’ (Madrid, 1920) y ‘El martirio de Polonia’ (Madrid, 1946).
Sofía Casanova manifestó y tomó partido en una postura pacifista y antibélica. Así lo hizo saber en sus colaboraciones en la prensa en la guerra del Rif (Marruecos) y en la Semana Trágica de Barcelona. También lo dejó entrever en sus crónicas de Polonia y Rusia, reunidas en el libro ‘De la guerra’ publicado en 1916.