Y ya que estamos con el tema de las vestimentas, por qué no seguir…
“Que le pongan el ‘body’ a Navarro o a Pau Gasol”, declara Laia Lalau, jugadora del Ros Casares. Así de contundente se han mostrado las jugadoras españolas de baloncesto ante la iniciativa de la Federación Internacional (FIBA) de obligarlas a reducir la talla de sus uniformes a partir de la próxima temporada. Es decir, en la Euroliga, la mayor competición continental.
Estas nuevas vestimentas no son una novedad sobre las canchas, ya que selecciones como Australia o Brasil las han utilizado habitualmente. Incluso España probó unas parecidas en el Mundial de China de 2002. Además, la ropa ajustada es la tónica común en otros muchos deportes femeninos, como el voleibol, el tenis o el hockey hierba. Sin embargo, para las jugadoras de ‘La Roja’ de baloncesto femenina, eso no justifica la medida: “Es algo puramente estético (…) Nadie se cree que sea por un tema de comodidad” se queja Silvia Domínguez, del Perfumerías Avenida.
“Utilicé ese uniforme cuando estuve jugando en el Bourges francés y no tengo ningún problema en llevarlo, pero entiendo que algunas chicas puedan sentirse incómodas. La verdad es que al principio te sientes un poco en pelotillas en la pista”, explica la base internacional del Ros Casares, Laia Palau. “Nunca lo he probado y si tengo que llevarlo, lo llevaré, pero comprendo que haya jugadoras, que a lo mejor pueden tener cuerpos más voluminosos, a las que no les guste vestir ese tipo de prendas”, añade Domínguez.
Una de las razones que esgrime la FIBA es que las nuevas equipaciones ayudarán a potenciar el baloncesto femenino, pero ni con esas tragan las internacionales. “No creo que los sponsors se nos vayan a echar encima por llevar un par de tallas menos, ya puestos que nos hagan salir en tanga”, apunta la pívot de la roja Cindy Lima, que apostaría por otro tipo de medidas: “Hay mil cosas que se podrían mejorar antes que cambiar las equipaciones, por ejemplo, televisar más partidos. Para llenar los pabellones tampoco hace falta saltar a la pista como si fuéramos una Mama Chicho”.
Palau tampoco lo ve claro: “Entiendo que allí arriba haya gente estrujándose la cabecita para buscar fórmulas que mejoren este deporte, pero no sé si la propuesta es la más adecuada. No la calificaría de sexista, pero es evidente que se ha pensado para resaltar la belleza femenina”. “Yo quiero que la gente venga a verme jugar por mi baloncesto y no para ver mi cuerpo. Llevamos muchos años luchando por la igualdad con el baloncesto masculino y ahora nos imponen unos uniformes ajustados sin consultarlo antes con las jugadoras”, sentencia Silvia Domínguez.
En bádminton ha habido exactamente el mismo problema. La Federación Mundial (BWF) pensaba aplicar el pasado 1 de junio la regla que obligaría a todas las jugadoras de este deporte a llevar falda. Sin embargo, ante las acusaciones de sexismo de potencias en esta disciplina como China, India, Malasia o Indonesia, el organismo ha decidido seguir estudiando esta medida y tomar decisiones “con miras más amplias” en diciembre de este año, según un comunicado de la Federación. Las razones eran las mismas que esgrime la FIBA: aumentar la popularidad del bádminton.
(Fuente: Deportes MSN. La fotografía es de AP y en ella aparecen jugadoras de la selección de Korea y de la de Brasil. En este último caso, lucen los uniformes de la polémica)