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¿Será este 2025 reconocido como el año de las mentiras Socialistas del Siglo XXI? Méritos para ello no le faltarán, pero atribuirle a un solo año la primacía sobre el resto de los anteriores, me parece injusto.
En esta Venezuela Chavista-Madurista de oprobio, ruina y crimen, hace ya tantos años como 26 que se instalaron, entre otros, dos elementos básicos que han definido su identidad actual, uno es la corrupción y el otro la mentira.
Hoy me ocuparé del segundo de ellos y le asignaré la venezolanidad como su carta de naturaleza.
El venezolano de estos tiempos revolucionarios malvive inundado bajo los efectos de una Dana climática torrencial de mentiras. Este descomunal diluvio no engloba todas las falsedades, patrañas, infundios y mentiras que dicen y hacen, pues lo cierto del asunto, es la adulteración total de todo lo que tenga algún nexo con la verdad, con la situación en que se encuentra el país. Y es precísamente bajo esa premisa que el dictador pretende perpetuarse en el poder hasta morir en la cama.
Nicolás Maduro es de pies a cabeza una gran mentira. Es la razón por la que solo su figura se convierte en un insulto para la gran mayoría de sus connacionales, este impresentable elemento ofende y se burla de toda la sociedad pensante mundial en general y de todo ser que habite su desdichado país en particular, temeroso, empobrecido y agotado.
Este exasperante hablador de paja, con su retórica insustancial populista, invade, atormenta e insulta la inteligencia ajena con mentiras que nadie en su sano juicio puede creer. Las únicas verdades que proclama este desalmado impostor, son las referidas al número de encarcelados, y a la clásica represión que aplica sin freno a todos los que de alguna manera se le oponen. El propósito de todo ello es siempre el mismo, amedrentar.
Hay otras mentiras (estas son descafeinadas) que se desmienten por sí mismas, el crecimiento imparable de la economía, el mayor peso del país en el contexto político latinoamericano, la paz social, la eficiencia de la producción petrolera, el control de la inflación, la seguridad ciudadana, la mejora de la sanidad etc.etc.
o hay nadie en este planeta que se trague estos cuentos…nadie, pero a pesar de ello se han vuelto a imponer y siguen (por ahora) en el machito. La mentira unida a los fusiles les ha seguido sosteniendo y sigue siendo la verdad indiscutible de la revolución bonita.
Sabido es que todo dictador necesita el engaño y la manipulación, porque ambas cosas forman parte de la base en la que se sostiene. Con las mentiras de estos apestados delincuentes bolivarianos, se disfrazan las miserias que llevaron a Venezuela al foso en el que está.
Y para terminar este mentiroso rollo les pongo la mayor de todas ellas, la madre de todas las mentiras, la megamentira universal.
En los últimos días del pasado año, nos contaron un cuento híbrido fundamentado en la aritmética de inteligencia artificial y de fe religiosa Madurista.
Pusieron en la TV a un hombrecito con barriguita cervecera y cara de circunstancia, que nos leyó una media cuartilla de papel que tenía entre sus manos.
Nos dio las buenas noches y dijo que Nicolás Maduro había ganado las elecciones con no sé, ni quiero saber, qué porcentaje de votos y listo… Así sin más.
Esta fue la más estúpida de las mentiras que pudieron inventar, es una parida deforme que hizo de la desinformación y del relato fraudulento que les caracteriza, la suprema gilipollez revolucionaria del Siglo XXI.
Lo demás es ya historia… continuará.
Cantaclaro
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