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4º día en el CB del Everest: helicóptero, enfermos y Puja

4º día en el campo base del Everest. Quiero pensar que es la aclimatación, pero esta noche ha sido mucho más llevadera. ¡Prácticamente he dormido de un tirón! Y el frío no se ha dejado sentir tanto. ¡Vamos mejorando!

Hoy ha tocado madrugar. El helicóptero venía a buscar a los dos directivos de Endesa, patrocinador de Edurne, y una periodista que nos han acompañado durante todo el trekking hasta el CB y había que despedirles. Así que a las siete estábamos todos en danza. Habían avisado que a partir de las siete y media el helicóptero podía llegar en cualquier momento. Y las nubes que subían del valle mantuvieron la incertidumbre de su llegada hasta más allá de las nueve de la mañana.

El aterrizaje de un helicóptero en el campo base del Everest siempre se vive con tensión y nervios. Prácticamente todos los años se produce algún accidente. El aparato solo se posa en el helipuerto, sin parar la hélice en ningún momento, ya que a estas altitudes va al límite de su capacidad, tanto que para bajar a tres personas y sus respectivos equipajes tuvo que realizar dos viajes hasta Pheriche. El en primero bajo a una persona y los equipajes y en el segundo, a dos personas.

Edurne Pasaban incluso rogó al piloto que bajase a una cuarta persona, que no era otra que Asier Izagirre, explicándole incluso que era una emergencia médica, pero se negó en redondo. No había capacidad para más. Y a la vista de cómo despegó –lanzándose literalmente valle abajo- no exageraba.

Lo que acababa de intentar Edurne con su primo era ahorrarle una caminata de cuatro o cinco horas hasta Pheriche. Asier lleva desde que llegó al CB enfermo con fiebre, y ayer a última hora el ‘doc’ decidió que hoy se bajaban hasta Pheriche (4.200 m.) para mejorar, ya que buena parte de la enfermedad lo achacaba al mal de altura.

Así que a Asier no le ha quedado otro remedio que iniciar el largo descenso a pie hasta Pheriche. El médico, que le ha acompañado, confiaba en que la pérdida de más de mil metros de altitud le permitiese recuperarse totalmente en un par de días. Sin embargo, por la tarde el ‘doc’ se comunicaba con Edurneo para decirle que no habían llegado a Pheriiche. Que estaban en Lobuche (4.900 m.). Asier no había podido más y encima les había cogido la nevada que ha caído a última hora de la mañana.

Con ellos ha bajado también el sherpa Jangbu, aquejado de anginas. Aunque en su caso no lo ha hecho hasta que ha terminado la Puja, ceremonia en la que los alpinistas, el material de escalada y el propio campo base son bendecidos por un monje lama.

La ausencia de Asier ha hecho que la ceremonia sea especialmente emotiva para todos los integrantes del equipo, pero especialmente para Edurne, que en algún momento se le ha podido ver muy emocionada.

La Puja es imprescindible para los sherpas. Hasta que no se realiza, la expedición no se da por iniciada y nadie se mueve del campo base. En un templete con un mástil que se instala en el centro del CB y bajo el que los alpinistas colocan su material, se realiza una ofrenda de alimentos a los dioses, a los que el lama pide protección para los alpinistas. Tras los rezos, se extienden a los cuatro puntos cardinales las banderas de oraciones, que protegen al campamento. Y por último todos brindan por el éxito de la expedición.

El resto del día ha sido de rutina. Comprobación del generador, que ya ha empezado a fallar, preparar el material que Mingma y Pasang subirán mañana al campo 1, recibir a ocasionales huéspedes que visitan el CB… La ausencia del ‘doc’ también les ha permitido a los alpinistas pasarse con la ración diaria de cocacola.

Para esta noche, después de cenar, anuncian sesión de cine. Mañana os cuento.

¡Todos fuera! ¡El helicóptero despega!

Edurne se despide de su primo.

Un momento de la Puja, con todo el material a los pies del templete.

El amuleto de Edurne, presidiendo el templete.

El campo base ya esta bajo la protección de las banderas de oración.

Los alpinistas reciben la salva de harina por parte del lama.

Por Fernando J. Pérez e Iñigo Muñoyerro

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