3.800 metros y subiendo. El cuarto día de la marcha de aproximación al campo base del Everest nos ha llevado hasta el monasterio de Tengboche, situado a 3.800 metros de altitud, aunque el lodge en el que vamos a pasar la noche está un poco más abajo, a unos 20 minutos de caminata. La jornada ha comenzado pronto, a las siete de la mañana, ya que los días amanecen despejados y para el mediodía se nublan e incluso puede llegar a llover y el objetivo era ver el Everest.
Y efectivamente lo hemos visto, aunque tan lejos que todas las montañas de alrededor se veían más altas. Pero era el Everest. Desde la perspectiva que hemos tenido hoy del Techo del Mundo, sinceramente me han parecido mucho más espectaculares el Lhotse u otras montañas que no llegan a los ocho mil metros pero muy populares en el Himalaya como el Thamserku (6.623 m.) y el Ama Dablam (6.856 m)., la que muchos consideran la montaña más bonita del mundo.
El Sagarmatha, nombre nepalí del Everest que significa ‘cabeza del cielo’, se ha divisado desde muy lejos y solo su punta superior, pero no deja de ser el techo del mundo y la expectación ha sido grande, tanto en la expedición como en los centenares de ‘trekkinistas’ que lo han tenido enfrente al doblar un recodo del camino apenas media hora después de dejar atrás Namche Bazar.
La marcha de hoy -10 kilómetros que hemos tardado en recorrer casi cinco horas, contando un par de paradas para tomar un te, se ha dividido claramente en dos partes. La primera ha sido muy llevadera y no solo no hemos ganado altitud sino que hemos bajado hasta los 3.200 metros del Phungi Thanga para vadear el río. Pero a partir de ahí ha venido lo duro. Hemos tenido que ascender sin un metro de descanso más de 600 metros de desnivel hasta el monasterio de Tengboche y la altitud se ha dejado notar. Al menos, de momento los dolores de cabeza ni los otros síntomas del mal de altura no han aparecido. ¡¡Y que siga así!!
Mañana, la quinta etapa llevará al grupo hasta Periche, a 4.250 metros de altitud. Por el camino, la expedición hará un alto en Pangboche, donde será recibida por el lama del monasterio, quien realizará una ceremonia en homenaje a Edurne Pasaban y sus compañeros para que los dioses les acompañen en su objetivo.
En el momento de escribir estas líneas una tromba de agua cae sobre Tengboche. Espero que amaine pronto y que esta noche la lluvia no se convierta en nieve, porque las botas han viajado directamente al campo base. Mañana os lo contaré.
Último vistazo a Nanmche Bazar.
Edurne, con el Everest y el Lhotse al fondo.
Ama Dablam.
Dos monjes descansan en el camino, con el Thanserku al fondo.
Una familia de ‘trekkinistas’ observa el Everest.
Acceso al monasterio de Tengboche.
Expedicionarios y acompañantes escansan en Tengboche.
Porteadores descanzan en Tengboche tras completar la jornada.