El Annapurna muestra su peor cara. El mal tiempo se abate sobre la ‘Diosa Madre de la Abundancia’ y las expediciones cambian de planes sobre la marcha. De momento, la más damnificada es la coreana Oh Eun-Sun, cuyo objetivo de hacer cumbre mañana se ha esfumado. Miss Oh durmió el ayer en el campo 3 (6.500 m.) pero el mal tiempo y el fuerte viento que azotan la montaña han obligado a ella y a todo su equipo a retroceden.
El grupo ha descendido esta mañana al campo 1 (5.100 m.), hasta donde los auxiliares de la expedición coreana en el campo base han subido comida y todo lo necesario para aguantar al menos un día. El C-1 es un campamento que tras la fase inicial de la aclimatación las expediciones lo utilizan exclusivamente como depósito de material.
La coreana decidirá mañana, según las condiciones meteorológicas, si vuelve a subir o si aborta definitivamente este intento y retorna al campo base a la espera de una nueva ventana de buen tiempo. En todo caso, en el mejor de los supuestos, su cima se retrasaría al martes, ya que según explico a Juanito Oiarzabal, con el que se cruzó en la ruta, si vuelve a intentarlos mañana iría al campo 2, y el lunes al campo 4 antes de intentar la cima el martes. Esto significa que se le ha ido al garete todo el plan que tenía preparado con la televisión coreana para retransmitir su llegada a la cumbre en directo.
En la misma situación expectativa se encuentran el alpinista vitoriano y sus compañeros Tolo Calafat, Carlos Pauner y Javier Pérez. Ellos han subido hoy hasta el campo 2 (5.600 m.) y tampoco tiene nada claro lo que harán mañana. “El tiempo ha empeorado, está muy inestable y la previsión para el martes, que era nuestro día de cumbre, ya no es tan buena. Así que esperaremos a ver como amanece mañana para tomar una decisión”, explicaba este mediodía Oiarzabal entre tos y tos desde el campo 2.
Juanito, que dice haber visto a Miss Oh “un poco nerviosa” cuando se ha cruzado con ella en la montaña hoy por la mañana, ha explicado que por las mañanas “hace buen tiempo, pero a partir del mediodía empieza a nevar y encima el viento no deja de soplar en altura. Aún así, aventuraba que “si no hay viento subiremos”.
Sin embargo, Oiarzabal ha reconocido también su preocupación por las nevadas de estos últimos días y más concretamente por la que les estaba cayendo este mediodía, que amenazaba con cargar la montaña de nieve. Una circunstancia que podría dejar muy peligrosa la ruta, especialmente en el tramo de la travesía bajo el cono que hay entre el C2 y el C3 y por el que caen casi todas las avalanchas de esta vertiente.