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Mas muertos que cumbres y mucha nieve en los ochomiles del Karakorum

La temporada ochomilista en el Karakorum no está siendo buena. Más muertos que cumbres y mucha, muchísima nieve son las características de un verano en el que, por el momento, sólo dos alpinistas han hecho cumbre en uno de los cuatro ochomiles del Karakorum (K2, Broad Peak, GI y GII, ya que el Nanga, aunque también está en Pakistan, se considera que pertenece a la cordillera del Himalaya): Ueli Steck en el Gasherbrum II y Jorge Egocheaga en el K2, ambos en sendas ascensiones caracterizadas por la velocidad y el compromiso asumidos.

El primero en lograrlo fue el fortísimo suizo Ueli Steck. Su cima fue en el Gasherbrum II, el ochomil más ‘comercial’ de Pakistán. Fue el 9 de julio y lo hizo a su estilo. Subió con su novia hasta el campo II, se despidió de ella y ascendió hasta la cumbre de un tirón, cuando el resto de expediciones apenas habían empezado a aclimatar. En total, hizo CII-cumbre-CII en catorce horas y media, solo y abriendo huella, lo que no está nada mal para el último Piolet D’or si se tiene en cuenta que esta cumbre, su primer ochomil, la había planteado sólo como un entrenamiento para su proyecto en solitario en el Makalu del próximo otoño. Desde entonces, nadie ha podido repetir cumbre, aunque un grupo iraní estuvo cerca el día 20, la fecha en la que desapareció el alicantino Luis María Barbero precisamente cuando seguía a los iraníes camino de la cumbre.

La segunda cumbre, la del asturiano Jorge Egocheaga en el K2, tiene aún más mérito. También fue en solitario desde el campo III, sin cuerdas fijas en el peligroso tramo final de la montaña, abriendo huella y en un tiempo récord: doce horas para el tramo C3-cumbre-C3. En realidad fue un ataque a cumbre más fruto de las buenas sensaciones y la intuición que de la planificación. Jorge subía al C3 (7.200 m.) con su compañero Martín Ramos para completar la fase de aclimatación. Pero se sintió bien y el sábado, día 19, decidió partir hacia la cumbre a las 11 de la noche. A las 7,30 horas llegaba a ella e inmediatamente iniciaba el regreso al C3, al que llegaba a las 12.00. Esa misma noche dormía en el CB tras descender desde el C3 con Martín. Una velocidad y unas circuntancias de ataque a cumbre que incluso ha levantado cierta suspicacia en algunos de los alpinistas que se encuentran en el CB del K2, ya que incluso el día que hizo cima, el domingo 20 de julio, se desató una fuerte tormenta que hizo retroceder a los equipos que estaban apostados ese día en el C3 para atacar la cima. Por si fuera poco, su anuncio de que estos días va a acompañar a Martín Ramos en su intento a cumbre ha levantado aún más suspicacias sobre si realmente llegó hasta el punto más alto el pasado domingo.

Y es que el grueso de expediciones en el K2 están movilizadas ya que los partes meteorológicos dan día de cumbre para mañana, lo que ha puesto a todos los alpinistas en fila india hacia los campamentos de altura. Sin embargo, el tiempo real no se está correspondiendo con los partes y la ascensión escalonada de estos dias se está realizando en medio de un tiempo muy inestable y con una desconfianza total de la mayoría de las expediciones, entre ellas la de la austriaca Gerlinde Kalterbrunner.

Tampoco en el GI y en el Broad Peak ha habido cumbres. En el Broad, donde hace una semana falleció la italiana Cristina Castagna cuando descendía hacia el campo IV tras un ataque a cumbre abortado, alguna expedición ha llegado a la antecumbre, pero nadie hasta el punto culminante.

Y en el GI es el finalndés Veikka Gustaffson quien más cerca parece de hacer cima. Ganas desde luego le sobran. Si lo consigue habrá completado los 14 ochomiles. Mientras, al campo base de esta montaña acaba de llegar en helicóptero la coreana Miss Oh para intentar el que sería su decimotercer ochomil.

Por Fernando J. Pérez e Iñigo Muñoyerro

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