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Manu Alvarez

Bank Notes

La crisis aún puede empeorar

Comienza un cuatrimestre que muchos observadores de la situación económica no dudan en anticipar como caótico y duro. Una especie de vuelta a la fase más dura de la crisis, a ese periodo entre el otoño de 2008 y el verano de 2009 en que el mundo entró en parada cardiaca ¿Será verdad que esto aún puede empeorar, cuando apenas si se vislumbraban los primeros brotes verdes de verdad?

Una de las principales diferencias, aunque no la única, entre los economistas y los periodistas que nos dedicamos a la información económica es que mientras los primeros se dedican a hacer predicciones, los segundos nos limitamos a contar las que han hecho los primeros. De esta forma, los periodistas nos ahorramos la responsabilidad de equivocarnos y dormimos más tranquilos. Aunque, bien mirado, no tengo yo la sensación de que los economistas pierdan el sueño, ni siquiera los que se dedican al negocio financiero. ¡Con la que han liado!

Esto no es por tanto una predicción, sino una recopilación de estimaciones recogidas al vuelo por ahí y que, por lo tanto, tienen en un escaso valor científico. Pero si la crisis es un estado de ánimo, hay que concluir que la sensación de quienes manejan algunos indicadores clave -fundamentalmente los que están relacionados con el consumo o la inversión- apuntan en una dirección negativa. Recordando la frase que pronunciaba a menudo un ex director de EL CORREO: “Tiene mal color la orina del enfermo”.

Aunque los últimos datos sobre el crecimiento de Alemania -el 2,2% en el segundo trimestre del año- y el positivo aunque moderado comportamiento del conjunto de la UE en este mismo periodo parecían dar alas al optimismo, hay algo en el horizonte que induce al pesimismo. Es como esos días de sol cuya extrema intensidad es el anticipo de una tormenta. El reconocimiento de las autoridades norteamericanas de que la economía de la gran locomotora mundial no avanza al ritmo que se esperaba, ha sido la prueba del nueve que ha confirmado las tesis de los pesimistas. Además, el problema es que los indicadores económicos reales suelen llegar con un cierto retraso. Así, estos días aparecen datos relativos al segundo trimestre del año –la próxima semana se presentarán los relacionados con el comportamiento de la economía vasca en ese periodo- con signo positivo, cuando la realidad quizá ya ha cambiado de sentido.

¿Es la última fase del proceso de purga del sistema que implica cualquier crisis económica? Hay opiniones para todos los gustos. De momento me quedo con la imagen de la fotografía, obtenida este verano en la Via Condotti de Roma. ¡Colas para entrar en la tienda de Louis Vuitton! ¿Quién dijo crisis?

Por Manu Alvarez

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