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Anje Ribera

Música callada

Demis Roussos – Velvet mornings (Mañanas de terciopelo)

A nivel internacional tal vez las canciones de Demis Roussos que más se unieron al éxito fueron ‘Forever and ever’ y ‘Goodbye, my love, goodbye’, pero en España, y creo que también en el mundo latinoamericano, conocimos al barbudo grecoegipcio por el famoso ‘triki triki’. Realmente la canción a la que hoy nos referimos se titula ‘Velvet mornings’, pero nosotros siempre nos referimos a ella por ese sonido pseudoonomatopéyico que contenía su estribillo. Fue su composición más célebre por estos lares.

Es más, en unos tiempos en los que el inglés era enemigo de todos los españoles –desgraciadamente para los hispanoparlantes–, incluso convertimos aquel aterciopelado y francés ‘Triki, triki, mon amour’ en un manchego ‘triki triki mamabú’. Daba igual. Desconocíamos el significado tanto de una como de otra expresión. Pero a nosotros nos encantaban aquellas imágenes que nos ofrecía en blanco y negro nuestra única televisión de entonces, concretamente de 1973. El éxtasis llegaba cuando Demis Roussos coreografiaba, brazos en alto, como si fuera el inicio de un sirtaki.

Stylianos (Lakis) Vlavianos compuso pop romántico en su esencia más sincera. ‘Velvet mornings’ constituyó una mezcla de la música popular griega, melodismo italiano, una ligera dosis de glam rock’ y, sobre todo, una base del pop vigente en aquellos años. Es destacable, asimismo, la sección de viento que camina tras la sintonía. Casi pasa inadvertida, pero su ausencia sí hubiera sido percibida porque cumple un papel que quizá hubiera precisado de mayor protagonismo.

La letra de Robert Constandinos confirmaba la condición de balada: «Las mañanas son de terciopelo si tus manos me hacen despertar, me acarician, y en el azul del cielo juntamos nuestro cuerpo y unimos nuestro amor». Podría firmarla el propio Cupido. Bella y sencilla.

‘Velvet mornig’ nació como canción estrella de la intervención de Demis Roussos en el Festival de Río de Janeiro, donde fue aclamado por 30.000 personas y donde vivió su definitiva consagración internacional.

Pero lo cierto es que, al margen de sus virtudes artísticas, ‘Velvet mornings’ forma parte de nuestro fondo de recuerdos inolvidables y de nuestra infancia, juventud o madurez, según la edad. En mi caso, la voz elegante y atemporal de este hombre quedará para siempre vinculada a mi niñez.

Las mañanas son de terciopelo
si tus manos me hacen despertar
me acarician y en el azul del cielo
juntamos nuestro cuerpo
y unimos nuestro amor

Triki triki triki triki triki mon amour
triki triki triki triki
triki triki triki triki triki mon amour
triki triki triki triki
triki triki triki triki triki mon amour
triki triki triki triki
triki triki triki triki triki mon amour
triki triki triki triki

Las mañanas son de terciopelo
si te encuentro al amanecer
con tus besos cuando me despierto
jugando te siento muy cerca de mi piel

Triki triki triki triki triki mon amour
triki triki triki triki
triki triki triki triki triki mon amour
triki triki triki triki
triki triki triki triki triki mon amour
triki triki triki triki
triki triki triki triki triki mon amour
triki triki triki triki

VERSIONES

Demis Roussos grabó en francés, alemán, inglés, griego y CASTELLANO. En nuestro idioma interpretó, entre otras, ‘Mañanas de terciopelo’.

El cantante portugués TOY realizó una interpretación en inglés. No se esforzó mucho en cambiar el original.

El también heleno, pero criado en Israel, ARIS SAN (Aristides Saisanas) hizo lo propio, pero en griego.

El grupo paraguayo FRECUENCIA TRIO nos ofrece su visión particular de ‘Mañanas de terciopelo’. La grabación data de 2003.

Para los amantes de la música instrumental el compatriota de Demis Roussos OSVALDO MPARIDIS interpretó ‘Velvet mornings’ con su bouzoki.

Artemios Ventouris Roussos, para nosotros, DEMIS ROUSSOS, nos acaba de dejar hace poco. Su característica voz de tenor se ha callado, pero nos deja su gran obra, desarrollada desde los 17 hasta los 68 años. Nació en Egipto en 1946, donde su familia había huido tras la ocupación nazi, pero fue a la vuelta a su país cuando realmente se convirtió en profesional, como cantante de Aphrodite’s Child, mítico grupo liderado por Vangelis que le llevó a París, donde llegaron éxitos como ‘Rain and tears’. ‘I want to live’, ‘Let me love, let me live’, ‘It’s five o’clock’ o ‘Spring, summer, winter and fall’.

Los egos de Vangelis y Roussos chocaron pronto, y el conjunto se disolvió a mediados de los setenta. Nuestro protagonista de hoy consiguió pronto en solitario los favores del público con temas como ‘We shall dance’, ‘Forever and ever’, ‘My friend the wind’, la referida ‘Velvet mornings’, ‘Goodbye, my love, goodbye’ o ‘Someday, somewhere’, con las que se convirtió en una referencia en la música romántica europea e hispanoamericana con, por ejemplo, ‘Morir al lado de mi amor’.

Gran parte de los ochenta los dedicó Roussos a luchar contra la obesidad, batalla que incidió en su carrera musical por una depresión. Además, en 1985 formaba parte del pasaje de un avión secuestrado por terroristas libaneses, que acabarían liberándolo tres días después. En los noventa quiso dar un cambio a su trayectoria, pero se estrelló. Tuvo que volver a su estilo tradicional y a versionar viejos temas. Su última grabación data de 2009.

Canciones para escuchar a oscuras - Por Anje Ribera

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