No sé qué me impresiona más: la cara sin velo, casi pornográfica al lado de la mujer del burka, con la leyenda “I love you”, el niño jugando a conducir el motocarro, o el incomparable tuneo del vehículo: flores en el parabrisas, manguitos de colores para los cables, colgantes, flecos y entelados varios… Y me pregunto: ¿A qué se dedicará el dueño de este prodigio del adorno?