Estamos habituados a grandes motos cargadas de fotógrafos y cámaras siguiendo o precediendo a los ciclistas, con muchos apuros en las bajadas de puertos por cierto. Pero nunca había visto una comitiva precedida por una Vespa. Vale, es un entrenamiento el día previo a la primera etapa, pero no está mal. Moraleja: no siempre hay que cazar moscas a cañonazos, ni caballo grande ande o no ande, a veces basta con cositas modestas.
P.D.: Echo de menos de paquete une femme le foulard au vent, la tête à l’air, y con gafas de sol. Bueno… y un poco más de glamour en el piloto, si fuera posible… ¡Ah!, claro, es que aún no hemos llegado a Francia…