Antonín Novotný , líder comunista checo de algo antes de la Primavera de Praga de 1968, dijo una vez que su país no iba a entrar al socialismo montado en motocicleta. Imagino la gracia que le haría a la industria motera de su tierra, a Jawa en particular, a quien debemos esta CZ de 175cc de 1962.
Curioso que precisamente en Cuba, uno de los pocos países que aún se pueden denominar “comunistas” -no sé si con vergüenza o con orgullo-, anclado en una prehistoria mecánica que se puede ver con curiosidad, nos encontremos este dinosaurio vivo.
“Los rojos no llevaban sombrero”, se decía en España tras la Guerra Civil, cuando se trataba de vender precisamente más sombreros. “Al socialismo no se va en moto”, ¿para fabricar más coches? Ya sabéis: la moto es/era burguesa y capitalista. Supongo que será porque los que van encima son con frecuencia o ¿ricos? o individualistas, independientes, rebeldes, outsiders, o yo que sé. Bueno… un poco sí. Si vas con Vicente, vas en coche. Al atasco de cabeza. En moto vas a la primera línea de semáforo, a la multa o al suelo. Pero no detrás de nadie.
Al ver esta Jawa me ha asaltado un recuerdo. En Madrid yo vivía al lado del concesionario de las checoslovacas Skoda y Jawa, en Alberto Aguilera, que debió abrir al poco de la muerte de Franco, o quizá antes. Eran especímenes marcianos, baratísimos y con encanto, porque el diseño era absolutamente distinto. La Jawa 350 en rojo tuvo cierto éxito, con fama de no tirar un pimiento pero ser dura como la piedra. ¡Qué tiempos!