Alberto Contador ha ganado el Tour de Francia, por segunda vez y contra los elementos. En la contrarreloj sacó de velocidad media por encima de los 50 km/h, de lo que podemos deducir que en un descenso se puede ir a los 80 en carretera revirada con curvas sobre precipicios, esperemos que bien limpias, y con el peligroso factor humano-público cruzando alegremente con un poco de sobrepeso.
En bici es peligrosísimo, pero es que hasta en moto me lo parece. Y hasta con estas motos que se gastan gendarmes y profesionales de la ruta: dominan las BMWs para las cámaras -la clásica 100 RS es la más vista, seguida de la R 1200 RT, que arrasa entre las policías, mossos y demás-, con permiso del trasto que lleva la Gendarmería francesa: una Yamaha FJR 1300 Yamaha FJR 1300 (por encima de 145 CV), que no podría acogerse a las ayudas del plan Moto-E ni de cachondeo.
Yo, de mayor, también quiero una.