Camboya
Vivir en moto. Ir al mercado en moto, al colegio, al curro, a salir… a estar, sin más.
Y lo bien que lucen estos chicos en moto… Ahora empezarán a taparse con el Tata Nano, que va a motorizar Asia sobre 4 ruedas -el nuevo coche del pueblo, el 600, el volkswagen del momento-.
Mientras tanto, una ojeada al caos:
Traduzco las normas elementales que recomienda el bed&breakfast California 2 en su site para moverse en moto por Corea:
“A medida que el país se va desarrollando, aumenta la variedad de motocicletas. Igual que han rulado yamahas, hondas y suzukis de 2 y 4 tiempos, la mejora de las carreteras ha permitido la aparición de las BMWs grandes y de las Harley-Davidson.
Unos consejos:
La asistencia médica es primitiva o simplemente inexistente en muchas zonas del país. Así que conduce con cuidado. No vayas solo, mejor con amigos. Lleva encima dinero para emergencias, y billetes pequeños para alimentar la economía local: ese vendedor de caña seguro que no tiene cambio para un billete grande, y no hay visa que valga. Procura revisar la moto antes de salir, lleva las herramientas necesarias, recambios, gafas de sol o ropa de lluvia, según toque.
Recuerda que hay muchas minas (antipersonas) por el país. No te salgas de pista en zonas desconocidas.
Respeta las aldeas y a la gente del campo. Ten presente que estás pisando su suelo. Ellos todavía te sonríen y te reciben amablemente, asi no se lo jodas a los que vengan después. Cuando sea posible, intenta contribuir a sus pequeñas economías, aunque sea tomándote un refresco de caña. A ellos les encanta que les visiten los extranjeros.
Esto es Camboya… está prohibido conducir con las luces encendidas de día, pero no hay ningún problema en que tampoco las lleves encendidas de noche.
Encontrarás vacas en el medio de la calzada a cualquier hora del día (igual que a la gente del país). Carros de bueyes, bicicletas, motos y coches no siempre van iluminados de noche, así que no lo des por supuesto. Tranquilo. Te vas de la ciudad para huir de las prisas y disfrutar del suave ritmo del campo.”
Ummm… suena bien.
Pero Phnom-Penh no es precisamente eso: