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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Fútbol y testosterona

Ya se sabe, testosterona y agresividad es un binomio que adoran los medios y es aceptado por todos. Quizá no sea tan segura esa relación, pero es tema para otro día, hoy vamos a comentar, con Benjamin Trumble y su grupo de la Universidad de Washington en Seattle, como, en las competiciones entre machos, se producen picos agudos de testosterona en muchas especies, incluida la nuestra. Estos picos, entre otros efectos, aumentan el rendimiento muscular o redistribuyen las células del sistema inmune en la periferia, cerca de la piel, por si reproducen heridas. Se ha propuesto que, en los machos, la concentración de testosterona es baja durante casi todo el tiempo, cuando se dedican a buscar alimento o a cuidar las crías, y solo aumenta en situaciones concretas como la actividad sexual o la defensa.

En nuestra sociedad es habitual sustituir los enfrentamientos entre comunidades por competiciones deportivas y, es lógico, se han encontrado picos de testosterona en muchos deportes, desde el judo hasta el ajedrez. Y también, claro está, en el fútbol. Hay un cierto debate sobre si la testosterona aumenta solo en los ganadores de la competición o en todos los participantes, y también sobre si aparecen los picos en el deporte en todas las culturas. Para resolver alguno de estos enigmas, Benjamin Trumble ha conseguido que indígenas de la tribu Tsimane, de la Amazonía boliviana, jueguen un torneo de fútbol y ha medido la concentración de testosterona antes y después de los partidos.

Los Tsimane conocen el fútbol y es uno de sus pasatiempos habituales; lo suelen jugar unos tres días por semana. Los partidos organizados por los investigadores se jugaron entre los equipos de ocho pueblos de los Tsimane (en total, son unos 15000) en agosto de 2010. Se tomaron muestras de saliva, para medir la testosterona, a 88 jugadores 15 minutos antes de los partidos, 10 minutos después de acabar y 1 hora más tarde.

Los resultados son claros: como media, la concentración de testosterona aumenta algo más del 30% respecto a la concentración antes de empezar a jugar. Una hora después, la concentración todavía es un 15% mayor. Y se da en todos los jugadores, ganen o pierdan; vale con participar. De toas formas, tienen un nivel algo más alto de hormona los que marcaron los goles y aquellos que sus compañeros y contrarios consideran que jugaron bien.

 

*Trumble, B.C. y 6 colaboradores. 2012. Physical competition increases testosterone among Amazonian forager-horticulturalists: a test of the challenge hypotheses. Proceedings of the Royal Society B doi:10.1098/rspb.2012.0455

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