>

Blogs

Oskar Belategui

Gran Cinema

Antonio Banderas: “Rechacé al segundo entrar en política”

El malagueño produce y protagoniza “Autómata”, un filme defenestrado por la crítica en el Festival de San Sebastián

Qué bien cae Antonio Banderas y qué mal ha sido recibida “Autómata” en San Sebastián. El malagueño produce y protagoniza esta cinta de ciencia ficción dirigida por Gabe Ibáñez, que transcurre en un futuro no muy lejano en el que los robots empiezan a tener conciencia de sí mismos. El actor español más internacional cuenta que nunca ha hecho una película para ganar el Oscar -«un sueño un poco ruin»- y que cada vez busca más trabajo en España porque Hollywood «ha dejado de existir, es una marca». Su acento y condición étnica, reconoce, ha limitado sus oportunidades en el cine americano. «He corrido una carrera a la pata coja».

 
– ¿Está hastiado de Hollywood?
– No es hastío, sino la constatación de un hecho. Ya no se realizan prácticamente películas en Los Ángeles, los estudios se usan para hacer televisión. Las películas se ruedan donde ofrecen incentivos fiscales: Luisiana, Canadá… Hollywood ya no es lo que era cuando yo llegué hace veintitantos años con “Los reyes del mambo”, el ambiente era diferente.
– ¿Ha cambiado a peor?
– En algunas cosas a mejor. Por ejemplo, se ha abierto las puertas al mundo hispano. Los actores latinos de “Los reyes del mambo” me decían: “si te vas a quedar por aquí vas de villano”. Y en “El Zorro” yo era el héroe y el malo era rubio y con ojos azules. Incluso “El Gato con Botas” manda un mensaje a los niños americanos: el bueno tiene mi acento. Se ha ganado espacio gracias al esfuerzo de varias generaciones que se han partido los cuernos para mandar a sus hijos a la universidad.
– “Autómata” ha contado con un ajustado presupuesto de 5 millones de euros.
– Nuestros robots son torpes, cincuenteros, naif. Al final se trata de crear ilusión a través de los medios que tienes. La ciencia ficción como género no solo pertenece al cine americano. Los extraterrestres siempre aterrizan en Estados Unidos. ¿Por qué no lo hacen en Córdoba? Coño, porque no hay dinero para hacer películas de extraterrestres.
– ¿Qué le parece que España de incentivos fiscales a las producciones extranjeras que se rueden aquí?
– Acabo de hacer en Colombia “Los 33”, una película sobre aquellos mineros chilenos atrapados. La íbamos a rodar en Chile, pero en Bogotá nos devolvían el 30% de la inversión. Si hay incentivos fiscales atraes riqueza, como hace Marruecos con producciones que se nos escapan en España. ¿Puede producir resquemor que se ayude a los de fuera y no a los del país? Quizás sí. Pero a los técnicos, que son los que no pasean por la alfombra roja, donde mucha gente cree que vivimos, les favorece.


– ¿Vislumbra un futuro tan terrible como el de “Autómata”?
– Soy un optimista patológico, siempre creo que llegará el momento en el que las cosas se arreglen. Vivimos unos tiempos muy difíciles, los llamaría posdemocráticos. He tenido la suerte de conocer por circunstancias de la vida a un Obama con un brillo especial en los ojos que está perdiendo. Uno se plantea si estamos siendo gobernados por aquellos a los que votamos o si los que de verdad manejan el cotarro son poderes invisibles, llámese mercados, lobbies o corporaciones.
– “Autómata” habla un poco de eso.
– Sí. Muestra que los robots heredan los valores que eran los pilares de nuestra civilización, son los buenos de la película. Reflexiona sobre el sentido efímero de nuestra existencia sobre la Tierra, porque vivimos como si nos fuéramos a morir.
– El héroe de “Autómata” es un ciudadano normal, atormentado y superado por las circunstancias. Un registro nuevo en su carrera.
– Preparé el personaje viendo en televisión lo que pasa en el mundo. Esa víctima vestida de naranja a punto de ser degollada, esos niños machacados por los bombardeos como muñequillos… Ese ha sido el alimento de mi personaje.
– Produce, dirige… ¿Podría dejar de actuar?
– Me gusta demasiado. Yo nazco como actor cuando mis padres, grandes aficionados al teatro, me llevan al Cervantes de Málaga. Algo pasó en mi cuerpo. Yo no estaba en la posición correcta del teatro, quería estar al otro lado del espejo. Eso no ha muerto. Me sigue excitando que griten “acción” y estar en otra realidad. Me dicen que me he convertido en un mecenas, pero yo no tengo ningún sentimiento patriótico altruista para rescatar el cine español. Me alío con Gabe Ibáñez porque me interesa este tío. El tirón inicial no es la vanidad, sino leer un guion y querer ponerlo en pie.
– ¿Dará el salto a la política?
– No. La política tiene que nacer de la vocación pública, y eso yo no lo tengo. Prefiero comunicarme a través de mi arte, ahí también puedes ser poderoso. Me gustaría utilizar más ese poder, lo intento a través de mi fundación, de la embajada que me brindó Naciones Unidas… En algún momento algo se me ha ofrecido en España en política, pero lo rechazé al segundo.
– ¿Hará televisión, como tantos actores de Hollywood?
– Me están ofreciendo cosas. Ahora se hacen historias más originales en la pequeña pantalla que en el cine. Esa barrera de act ores televisivos se ha roto, todos los grandes se meten en series: McCounaghey, Spacey, mi amigo Woody Harrelson…
– ¿Y la película de Carlos Saura sobre el “Guernica” de Picasso, “33 días”?
– Está en un proceso judicial, tenemos que esperar a que los administradores concursales tomen una decisión. Carlos, que es un joven de 82 años, está dispuesto a meterle mano y yo también. Me unen muchas cosas a Picasso. Gwyneth Paltrow pregunta cada dos semanas qué pasa con el proyecto.

 

 

ROBOTS AVERIADOS

 

 

“Autómata” se inspira en una variación de las leyes de la robótica promulgadas por Asimov: un robot no puede hacer daño a un ser humano, pero tampoco puede repararse o modificarse a sí mismo, es decir tener conciencia. Es lo que investiga el agente de seguros encarnado por Antonio Banderas, al servicio de la corporación que fabrica unas máquinas que empiezan a resultar peligrosamente humanas.

 
Sorprende que hayan hecho falta tres guionistas para pergeñar una historia construida cual Frankenstein a partir de mil cintas de ciencia ficción: “Blade Runner”, “El planeta de los simios”, “Inteligencia Artificial”, “Yo, Robot”… Un sobreactuado Banderas duele más en un filme que naufraga desde que la acción salta de una urbe apocalíptica al desierto, por aquello de introducir elementos de western en el batiburrillo.

Twitter es el barómetro de recepción crítica al salir de las proyecciones en San Sebastián. Y los comentarios sobre el segundo largometraje de Gabe Ibáñez tras la estimable “Hierro” fueron sangrantes. El mejor efecto especial, ironizaban, es la ausencia de cuello de Melanie Griffith. Y es que la exmujer de Antonio Banderas tiene un papelito, al igual que Javier Bardem pone la voz a uno de los robots como favor personal.

Ahogada en trascendencia, confusamente narrada y sin pizca de emoción, “Autómata” duele por la simpatía que despierta Banderas, un currante nato que ayer hizo de tripas corazón y se entregó a la promoción. También por el despliegue de producción que ha exigido la cinta, rodada en Bulgaria con buena parte del equipo técnico español. Los robots protagonistas dan perfectamente el pego y podrían pertenecer a cualquier superproducción de un gran estudio. La ausencia de acción tampoco ayuda a que el desaguisado encuentre su público.
Qué pinta “Autómata” en la sección oficial de un festival como San Sebastián solo se explica por la presencia de Banderas, que al menos ya ha vendido internacionalmente la cinta.

 

 

Por Oskar Belategui

Sobre el autor

Archivos


enero 2015
MTWTFSS
   1234
567891011
12131415161718
19202122232425
262728293031