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Oskar Belategui

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Álex de la Iglesia: “Si nadie apuesta por el cine no pasa nada, seguiremos haciéndolo”

El realizador bilbaíno estrena ‘Musarañas’ como productor y, pese a odiar el fútbol, dirige un documental sobre Leo Messi

 

Cuando Álex de la Iglesia hizo ‘800 balas’ en 2002 se animó a producirla y bautizó su empresa Pánico Films. Pese a jurar que no volvería a repetir la experiencia, el bilbaíno figura como productor de ‘Musarañas’, una cinta de terror con la que debutan como directores Esteban Roel y Juanfer Andrés. La cinta coincide en la cartelera con el estreno de ‘Messi’, un documental sobre el astro argentino que De la Iglesia ha dirigido pese a odiar cordialmente el fútbol. O precisamente por eso.

 
– ¿Por qué acabó tan quemado como productor en “800 balas”?
– El problema era que aquella película la dirigía yo. Es muy difícil controlarse a uno mismo. Recuerdo que nos gastamos el 30% del presupuesto la primera semana, rodando exclusivamente la secuencia de la diligencia, que duraba tres minutos. Dije que hasta que no quedara perfecta no nos íbamos de allí. Eso provocó el caos y la película salió mucho más cara de lo que habíamos pensado. En “Musarañas” hemos sido más disciplinados.

– ¿Cómo se animó a producirla?
– Carolina (su mujer, la actriz Carolina Bang) me dio un guion de sus profesores en el Instituto del Cine, Esteban y Juanfer. Me dijo que llevaban años intentando sacar adelante el proyecto y que les podíamos echar un cable. Lo leí y me pareció una historia increíble.

– “He hecho como productor lo que jamás han hecho conmigo”, presume.
– Sí. Algo tan simple como preguntarte qué necesitas. Jamás se lo he oído a un productor, y eso que tampoco me han tocado terribles o dictatoriales. Nunca me han impuesto nada, pero no me han preguntado si quiero tomar postre.

– ¿Esa es la tarea fundamental de un buen productor?
– Tiene dos cometidos: conseguir sacar la película adelante, tal y como el director lo necesita, y lograr que se distribuya y exhiba con éxito. Que la gente la conozca y pueda ir a verla es tan complicado como hacerla.
-Usted ha trabajado con muchos productores: Pedro Almodóvar, Andrés Vicente Gómez, Enrique Cerezo…
– Les debo muchísimo, al que más a Pedro (Almodóvar), que es el que me dio la primera oportunidad y confió en mí. Siempre ha estado en un rincón de mi corazón. Pero todos me han aguantado, algo complicadísimo. Trabajando con Esteban y Juanfer me he dado cuenta: yo me hubiera puesto como un cabra en su situación. Ahora comprendo decisiones de mis productores.
– Pero nunca ha tenido malas experiencias con ellos.
– Nunca nos hemos cabreado, pero siempre he necesitado más tiempo y presupuesto. Pensaba que un buen director tenía que pelearse a muerte con el productor para sacar la película adelante. Con “Musarañas” me he dado cuenta de que no es necesario, se funciona muy bien en equipo.
– ¿No se le pasó por la cabeza dirigirla?
– No. El objetivo era que la hicieran estos señores. Estoy muy contento de que ellos hayan confiado en mí, era mi primera película hecha desde fuera, yo también era novato en ese sentido. Y han tenido la generosidad de aguantarme.

– Hubiera encajado en su universo.
– Eso lo dices ahora. Cuando la estaba produciendo era totalmente ajena a mi cabeza. Hay gente que dice que parece una película mía, pero es por afinidad de ideas. Opinarían lo mismo si la hubiera dirigido Pilar Miró, es más, me recuerda a “El crimen de Cuenca”. Y remite a una película de terror antigua, que es lo que más me gusta.
– Quitando su telefilme “La habitación del niño”, nunca ha hecho una película de terror puro.
– No va con mi carácter. Siempre va a haber un momento en que yo mismo me voy a ver dentro de la película y contemplaré las cosas desde un punto de vista cínico o irónico. “Musarañas” la hemos hecho -salvando las distancias- como si la dirigiera Siodmak o Preminger.
– Echo de menos una aparición suya a lo Hitchcock.
– ¡Qué horror! No me gustan los ‘cameos’ porque narrativamente te sacan de la película. De pronto te dices que es una ficción porque ves a esa persona. Otra cosa es Santiago Segura, el único director que hace su propio género: películas de Santiago Segura. En ellas uno de los acicates principales es encontrarte con su fauna de personajes.


– Oiga, ¿jugaba al fútbol en el patio del colegio o era de los que acababan como portero?
– Ni siquiera de portero, eso hubiera supuesto una excesiva confianza en mis habilidades. Era de los que se quedaban en una esquina, junto a los que tenían problemas psicomotrices. Así se repartían las cosas.
– No ser futbolero en Bilbao es ser un apestado.
– Hombre, por otro lado me ha servido para aprender mucho. Cuando no perteneces a un gremio tiendes a universalizar conceptos y a tener una visión peyorativa de lo que no forma parte de tu mundo. Eso es un grave error. Gracias a “Messi” he conocido a tipos muy interesantes, que me han caído muy bien. Valdano es un tío extraordinario, Mascherano, Menotti…

– ¿Y ha llegado a alguna conclusión sobre Messi?
– La conclusión a la que llega el documental es que es una persona a la que solo le interesa el fútbol, lo único que le apetece hacer en el mundo. Habla, se expresa y entiende a los demás a través del fútbol. Todo lo que queda es su infancia, su abuela, su familia y, sobre todo, su pueblo, Rosario. En Buenos Aires me decían que Leo todavía tenía acento de Rosario.
– Él no quería que se hiciera el documental.
– No, ni él ni su familia. Tampoco nosotros queríamos que participasen activamente, porque iba a parecer la película oficial. Queríamos tener nuestra visión, no hubieran permitido muchas cosas de las que aparecen.
– ‘Messi’ es una suerte de ‘Ciudadano Kane’, busca el ‘Rosebud’ de su infancia.
– Sí, saber por qué es así este tipo tan tímido. ¿Qué le pasa? ¿Tiene un problema? Vas descubriendo que es una persona muy encerrada en su mundo y en su familia. Lo demás no le interesa, es solo jugador de fútbol.
– ¿Y en el proceso de rodarla se ha aficionado al fútbol?
– Hombre… Me he dado cuenta de que me gusta la gente que se apasiona por algo, lo importante no es con qué te apasionas, sino la pasión que pones en ello. Los futboleros me merecen mucho respeto, porque se lo creen y lo viven a muerte. Eso sí, el fanatismo no tiene sentido. Ronaldo es igual de bueno que Messi. Establecer parámetros es absurdo. ¿Es mejor el Madrid o el Barcelona? ¿Bergman o Spielberg? No tiene sentido comparar universos tan distintos. El problema del fútbol es que se establecen baremos constantemente.
– Como en los Goya.
– Ni los Goya ni los Oscar son cine. Ni la taquilla. Nada de eso forma parte en esencia del cine, son consecuencias de él. El fútbol es jugar al fútbol, disfrutar de un buen partido.

– ¿Cuál es la película española que más le ha gustado este año?
– ¿Que elija al Messi del cine, ja, ja? Apuesto por “Gente en sitios” de Juan Cavestany, la ha visto muy poca gente y me vuelve loco. Es una locura de película, arriesgada, con un humor demencial. Este año podemos sentirnos orgullosos: “El Niño” es extraordinaria; “La isla mínima” es sorprendente de lo buena que es; “Magical Girl” brutal…
– Qué paradoja: el cine español más desasistido que nunca y con un histórico 25% de cuota de mercado.
– Necesitamos que alguien se crea el cine español, más no se puede demostrar. En las condiciones más difíciles se está haciendo cine de gran calidad. Aunque seguro que pueden ser peores. Sería maravilloso que hubiera alguien que quisiera apoyar una industria, de la misma manera que se apoya el deporte, la agricultura y la moda. Cuando yo era presidente de la Academia todo el cine español se hacía con el presupuesto del Museo Reina Sofía. Y ahora será mucho menos. Si nadie apuesta, no pasa nada, porque seguiremos haciendo cine sea como sea. Claro que digo esto y se aprovechan, porque como ha salido bien… Alguno incluso dirá “gracias a nosotros”. Ojalá saquen conclusiones y digan que se puede apoyar algo que funciona.
– 2015 le viene cargadito.
– Ya quería que acabara 2014. El 23 de febrero comienzo a rodar “Mi gran noche”, con Pepón Nieto de protagonista y Raphael. Será una mezcla de “El ángel exterminador” y “El guateque”, un intento de comedia absolutamente desmadrada. Una especie de “imago mundi” en un programa de televisión donde todo el mundo está encerrado y te dan un papel absurdo, el de figurante. Todos somos figurantes, nos dicen ahora aplaudes, ahora ríes…
– ¿Sabe que Raphael no se pone delante de una cámara desde 1973?
– Eso me asusta y me fascina. El personaje de Raphael es una locura, el primero que dice vamos a hacerla es él. Eso me llena de energía.

 

Por Oskar Belategui

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