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Oskar Belategui

Gran Cinema

El final del celuloide

 

Los estudios dejarán de tirar copias en película tradicional para los cines de Estados Unidos a finales de 2013

En España, con el 41% de los cines digitalizados, habrá que esperar aún dos años

 

 

Totó ya no podrá descubrir de adulto los trozos de película cortados por la censura y guardados en una caja por Alfredo, el proyeccionista, que ensamblados se convertían en una antología del beso en el cine. Adiós a la mitología de “Cinema Paradiso” y a la cinefilia sustentada en el celuloide, que durante más de un siglo ha alimentado los sueños de millones de personas. Los rollos de película tal como los conocemos, con sus pesadas bobinas, los desenfoques y las rayas en la pantalla, tienen los días contados. Exactamente hasta finales del año que viene.

Así lo anuncia el informe de IHS Screen Digest, una compañía que analiza las tendencias en los medios digitales. Los estudios de Hollywood dejarán de tirar copias en celuloide a finales de 2013 destinadas a los principales mercados: Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Japón y Australia. El estudio predice que ya no suministrarán ninguna película en el formato tradicional en 2015. Las copias digitales, en principio, solo ofrecen ventajas. La imagen y el sonido no se degradan y físicamente resultan mucho más manejables. El alza en el precio del haluro de plata, el emulsionante de la película fotográfica, también había elevado los costes del celuloide (en realidad, poliéster ininflamable). A finales del año pasado, el 51,5% de las pantallas mundiales disponían de un proyector digital. Sin embargo, el ritmo de la conversión no es el mismo en todos los países.

«En España rondamos el 41,4% de pantallas digitalizadas, un poco menos que la media europea del 54%», desvela Borja de Benito, de la Federación de Cines de España (FECE). En Francia nos llevan ventaja -68%-; en Reino Unido, Dinamarca y Holanda ya han alcanzado el 70%, y en Noruega todo el parque de salas es digital. «No hay una fecha fija para decir adiós al celuloide, pero en cualquier caso será antes de dos años», prevén desde FECE. Cadenas como Yelmo ya habían digitalizado sus más de 400 cines a finales del año pasado. «Es fundamental apostar por la innovación y el uso múltiple de nuestras instalaciones. Así se ofrece un mayor valor añadido a los anunciantes», señala su directora de márketing, Marta Évole. La bobina de celuloide se ha sustituido por el DCP (Digital Cinema Package), un “disco duro” que contiene la película y que necesita una clave secreta proporcionada por la distribuidora.

El DCP condiciona más a los exhibidores que el celuloide tradicional: la distribuidora puede establecer a qué horas o sesiones funcionará e incluso determinar en qué sala se proyectará. Con la convivencia actual de proyectores digitales y de 35 milímetros, el DCP no es la panacea. «Sería más económico si todas las proyecciones fueran digitales, porque desde un solo ordenador programarías las salas», explican en FECE. El siguiente paso será la desaparición de estos “discos duros” y el envío vía satélite de la película desde la casa central de la distribuidora. Los complejos de Yelmo, Cinesa y Kinépolis ya realizan estas proyecciones con eventos de ópera.
Las casi 4.000 pantallas españolas afrontan un futuro digital que les obliga a una cuantiosa inversión en una época de incertidumbre en el sector. Primero fue el paso al digital y después el 3D. Pero nadie asegura que el cambio tecnológico sea definitivo.

En una industria que no ha conocido variaciones esenciales durante cien años, el advenimiento de la tecnología digital tiene el inconveniente de lo efímero de los formatos. Peter Jackson ha rodado “The Hobbit” -el taquillazo de estas navidades- a 48 fotogramas por segundo en vez de los 24 tradicionales, lo que obligará a -carísimos- cambios en el software de los proyectores. Y James Cameron ha anunciado que la secuela de “Avatar” pondrá a prueba nuestra retina a 60 fotogramas por segundo. Lo único seguro es que, tras la llorada desaparición del acomodador, que ponía orden en el patio de butacas, la figura del proyeccionista ya es historia.

 

 

 

.- El 51,5% de las pantallas mundiales se había digitalizado a finales del año pasado.

.- En España, el 41,4% de los cines ha realizado la conversión: 1.608 frente a los 3.886 totales.

.- 887 salas españolas pueden proyectar en 3D, representando el 22,8% del total.

.- Europa tiene el 54% de las pantallas digitalizadas. En Francia el porcentaje es del 68%; en Reino Unido, Dinamarca y Holanda del 70%. Noruega es el único país que tiene todos sus cines equipados con proyectores digitales.

 

(Datos de FECE).

 

Por Oskar Belategui

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