Menuda racha de buenos juegos. No es normal que se produzcan tantos lanzamientos y de tanta calidad, en lo que es ya una edad de oro de los videojuegos. Uno de los últimos en llegar para PS3 es Resistance 2. Si, ya sé, de nuevo estamos ante una segunda parte de un gran juego, pero Insomniac Games, los creadores del entrañable dragón Spyro, no se han dormido en los laureles y han logrado mejorar su anterior entrega, Fall of Man, en lo que parece el inicio de una nueva franquicia. Estamos ante un FPS de los de antes, todo acción, y un nuevo giro de tuerca para una compañía especializada en arcades de plataformas. De hecho, son los padres de Ratcher & Clank, que también se han convertido en uno de los buques insignia de la nueva consola de Sony. Total, que volvemos a encontrarnos con las quimeras y demás enemigos de la primera parte, que gozan de una inteligencia artificial bastante más depurada. Menuda suerte la nuestra. Para los que no jugaron a Fall of Man, decir que esta secuela sigue su misma línea argumental. A saber, la Tierra ha sido atacada por una raza alienígena que ha devastado Europa por medio de un destructivo virus. Sólo el Reino Unido sigue en pie y volvemos a encarnar a Nathan Hale, un yanqui perdido en medio de la campiña inglesa tratando de sobrevivir. Su misión es clara, acabar con la amenaza extraterrestre y regresar de una pieza a su país uniéndose a la resistencia. Para ello, contaremos con todo un arsenal, tanto terrestre como de fuera de nuestra galaxia, para defendernos. En ese sentido, la originalidad y capacidad de destrucción de algunas armas constituyen uno de los puntos fuertes de este juego. Como es de suponer, tenemos que avanzar cargándonos a todo bicho viviente hasta alcanzar nuestro objetivo por un camino predefinido, algo que, en estos tiempos de complejos y extensos mapeados, se agradece, y mucho. Resistance 2 es muy superior a su predecesor en su aspecto visual. Parece que los chicos de Insomniac ya le han tomado la medida a la PS3 y ahora todo luce más. Sobre todo, se nota el gran mimo con el que ha sido diseñado el protagonista principal y algunos de los gigantescos enemigos finales, que destacan, quizás demasiado, sobre el resto de personajes. Los escenarios son, sencillamente, espectaculares. Visitar un San Francisco o un Detroit totalmente en ruinas, no tiene precio, sin olvidarnos tampoco de los paisajes naturales fielmente recreados como las montañas de Idaho. Quizás, por poner un pero, apenas podemos interactuar con ellos, pero tampoco soy de los que se dedican a arrasar árboles por pura diversión. Como buen aficionado a las escenas cinemáticas, las hay, y de gran calidad, utilizando el motor gráfico del juego y demostrando así el enorme potencial de la máquina de Sony. Por todo ello, nos encontramos de nuevo con un título imprescindible para la PS3 que se apoya no sólo en el modo historia con el que pasaremos bastantes buenos ratos sino también con el online. De hecho, podemos jugar desde el principio con hasta ocho colegas, con los que formaremos un comando, en lo que supone casi una aventura extra, ya que el hilo argumental no será exactamente el mismo que si la vivimos solos. Toda una novedad de lo más interesante y que deberían copiar los futuros FPS. Si nos van los enfrentamientos sin hilo argumental, podemos luchar con hasta 50 usuarios a la vez, en lo que supone una auténtica batalla campal. Eso sí, estaremos divididos en grupos que deben cumplir misiones específicas para evitar el caos con tanto francotirador suelto. Son detalles como estos los que diferencian un buen juego de una compra obligada. Desde luego, resulta una buena respuesta de Sony al mediático y también exclusivo Gears of Warde Microsoft ¿Quién da más?
