Desde luego, octubre ha resultado de lo más movidito con múltiples lanzamientos de gran calidad. Ni que estuviéramos ya en Navidad. La última joya en llegar a las tiendas es Fallout 3, la última entrega, magistralmente doblada al castellano, de esta saga de rol postnuclear para PC, Xbox 360 y PS3. Bethesda es la desarrolladora encargada de dar vida a este universo apocalíptico lleno de zombis y mutantes radiactivos. También nos volveremos a encontrar con el carismático Vault Boy, el guía que pondrá el toque de humor a tanta desolación. Ahora bien, y el que avisa no es traidor, este tercer capítulo contiene alguna que otra novedad que pude sacar de sus casillas a los defensores de los RPG clásicos. Una actitud respetable, aunque injusta, teniendo en cuenta la gran calidad que atesora este título de gran duración y, lo mejor de todo, altamente rejugable.
De momento, nos encontramos con una perspectiva en primera persona similar a los juegos tipo Doom pese a ser un juego de rol. Esta vista, que sorprenderá a los más veteranos seguidores de la saga, será particularmente útil cuando haya que explorar espacios abiertos, aunque en otros momentos pasaremos a una perspectiva cenital más clásica. También nos encontraremos con el karma, y no estamos hablando de la serie Me llamo Earl, que nos informará si nos pasamos al lado oscuro a base de hacer malas acciones, aunque en muchas ocasiones los combates, en tiempo real o por turnos, serán inevitables, sobre todo con los seres mutantes tan típicos de esta saga. Para ello, contaremos con todo tipo de armas, que satisfarán los gustos de los jugadores más exigentes, y nuestras habilidades, amasadas a lo largo de las múltiples y variadas misiones como en todo buen RPG que se precie.
El argumento comienza con nuestro nacimiento en un refugio nuclear de lo que fue EE UU, lo que da paso a un completo editor para personalizar a nuestro héroe y después a un tutorial para hacernos con el personaje. Los años pasan en la seguridad de nuestro escondite hasta que nuestro padre es declarado en rebeldía y expulsado del paraíso por la comunidad que lo gobierna. Nosotros corremos su misma suerte y es entonces cuando realmente empieza la aventura. Deberemos encontrar a nuestro progenitor en un mundo dominado por varias facciones que luchan entre sí por hacerse con el poder. Por fortuna, en nuestro camino nos encontraremos con supervivientes que nos ayudarán en nuestra particular odisea apocalíptica con todo tipo de objetos o pistas, por lo que siempre es aconsejable hablar con ellos y ayudarles en lo que se pueda. O no, convirtiéndonos en un auténtico monstruo insensible y asesino con muy mal karma, y nunca mejor dicho.
El motor gráfico es el mismo que el de la segunda entrega de la saga. Da igual. El resultado es muy superior al de Oblivion, sobre todo a la hora de recrear los distintos escenarios, tanto los del mundo exterior como los subterráneos, que reflejan a la perfección la debacle que supondría un holocausto nuclear, aunque quizás se haya quedado algo anticuado en el modelado y animación de los personajes, sobre todo cuando se ven en tercera persona. También destacan sus efectos de luz en los combates de sangrienta crudeza que, como sucedía con Dead Space, han provocado que Fallout 3 haya sido censurado en varios países pese a que sus programadores habían decidido “cortarse” para evitar problemas. Menos mal que su juego es sin duda uno de los bombazos del año y compra imprescindible de cara a estas Navidades.