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Canción de la semana: 'Sentimental'

Hay gente que lleva más de veinte años discutiendo con cierta asiduidad sobre Un soplo en el corazón, el único álbum del huidizo dúo donostiarra Family. Para sus partidarios, que tienden a convertirse en fans apasionados, el disco es una obra maestra de la emoción pop y la melancolía maquinal, con canciones de apariencia sencilla que en realidad destilan contenidos realmente importantes sobre la vida y los sentimientos. En cambio, los detractores, que tienden a convertirse en apasionados haters, suelen despreciar a Javier Aramburu e Iñaki Gametxogoikoetxea como cursis de corazón trémulo que entonan sonrojantes naderías. Yo soy de los primeros, claro, aunque me resulta muy complicado argumentarlo cuando me veo en esos debates estériles e interminables que suscita el disco: soy consciente de que una música con esos ingredientes podría haberme parecido catastrófica, y de hecho suelo detestar la poética pretendidamente ingenua de algunos grupos españoles, pero todo lo que odio en otros me resulta fascinante en Family. Será eso que llaman talento, o la valentía tan inusual en este país de cantar sin coartadas irónicas, ni oscurantistas, ni de forzada modernidad. Un soplo en el corazón es un disco al que vuelvo una y otra vez, y contiene versos que me vienen a la cabeza sin razón aparente, en ataques por sorpresa cuando estoy en mitad de la vida real, como eso de “tengo ganas de fiesta, de que acabe el invierno, de volver a nadar en el mar” o lo de “suelo pensar en aquel aviador que no pudo evitar el volcán”. Sus canciones me trasladan a un estado de ánimo particularmente consciente del paso del tiempo, de la juventud perdida y de las ilusiones que quedaron en nada, pero de una manera agradable, reconfortante: disculpen el exceso lírico, ya saben que soy seguidor de los Cure y, por lo tanto, un poco propenso a estas cosillas.

O quizá simplemente, como dice nuestra canción de la semana, es que soy un sentimental. Un soplo en el corazón vuelve a estar de actualidad porque el sello Elefant acaba de editar oficialmente la mítica maqueta plateada de Family, la grabación casera de 1991 que contiene buena parte del álbum que saldría al mercado dos años después. “Es un fiel reflejo de lo que eran, sin intermediarios, sin los refinamientos de una producción, con las limitaciones de su amateurismo y el empeño de su convicción”, explican los responsables de la discográfica, que sitúan estas interpretaciones primitivas “más cerca del tecno-pop que del pop electrónico”. La ocasión ha merecido incluso que se difunda una foto inédita del dúo, el posado en toda regla que les he colocado arriba: se agradece el detalle, porque su única imagen promocional, en la que ni siquiera acababan de dar la cara, se hacía ya un poco cansina. La maqueta, titulada ahora Casete, tiene como alicientes una versión del Sígueme de Vainica Doble y el tema que nos ocupa, Sentimental, que se cayó del repertorio final del álbum y es conocido fuera de los círculos familiares por el cover que grabaron Fangoria. Yo creo que Aramburu y Gametxogoikoetxea hicieron bien al no incluirla en Un soplo, porque su letra tal vez habría roto un poco con la tónica del disco, pero se sostiene perfectamente por su cuenta. Eso sí, no convencerá a ninguno de esos haters con dos décadas de experiencia, gente oscura de corazón.

 

Por Carlos Benito

Sobre el autor

Periodista de El Correo. Nací en Logroño, estudié en Pamplona, vivo y trabajo en Bilbao.


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