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Canción de la semana: 'Oak Grove'

 

Empecé a escuchar el álbum de debut de Dorthia Cottrell sin tener la menor idea de quién es Dorthia Cottrell, y me atrajo la oscuridad a veces casi mórbida de sus canciones austeras y reconcentradas, solo voz y acústica con adornos de steel guitar y sitar. Después de pasearme varias veces por los paisajes desolados de su disco, me decidí por fin a buscar algo de información sobre la artista, y fue ahí cuando me enteré de que Dorthia es la vocalista de Windhand, el reputado grupo virginiano de doom: el salto del metal al folk puede parecer una cabriola casi temeraria, pero, en realidad, estas composiciones intimistas de Dorthia también contienen de alguna manera la psicodelia oscura de la banda madre.

Dorthia ha explicado que desde pequeña quería cantar metal, pero en su pueblito de Virginia no había gente con la que acometer un proyecto de ese tipo. Así que, con 14 años, empezó a escribir canciones acústicas acompañándose a la guitarra: después vendrían Windhand y el impacto sonoro del rock, pero para este debut en solitario ha querido recuperar algunas de sus composiciones más antiguas, que completa con sendas versiones de Gram Parsons y Townes Van Zandt. Esta faceta de cantautora le permite desnudar su voz, más expuesta y menos procesada que en la banda madre, y también canalizar algunas de sus influencias tempranas: «Siempre he sido una fan tremenda del viejo country, que formaba parte de la cultura del lugar donde crecí. La primera canción que aprendí a cantar fue Angel Flying Too Close To The Ground, de Willie Nelson, cuando yo tenía 5 años, y mi padre solía tocar la guitarra y ponerme a cantar ante sus amigos», recuerda en esta entrevista con Cvlt Nation. Y también dice: «Crecí en medio de la nada y era muy hermoso, pero también había mucho aislamiento. Hasta el día de hoy, cuando escribo canciones para mí o para Windhand, pienso que estoy sola en aquellos bosques, de noche». No parece mal entorno mental para escuchar este Oak Grove (lo que viene a ser un robledal), con su terrible último verso: «Todo mi amor se ha agotado».

 

Por Carlos Benito

Sobre el autor

Periodista de El Correo. Nací en Logroño, estudié en Pamplona, vivo y trabajo en Bilbao.


marzo 2015
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