Nos venden las cosas con tanta anticipación que, cuando por fin llegan, parece que están ya pasadas de fecha. De la misma escuela que nos instala las luces de Navidad a principios de noviembre, tenemos al tío que ha organizado los eventos por el trigésimo aniversario de Psychocandy, el álbum de debut de The Jesus And Mary Chain. Resulta que Psychocandy se editó en noviembre de 1985, así que lo lógico sería aguardar un añito más para que la celebración tuviese sentido, pero la banda escocesa empieza hoy mismo una bonita gira en la que interpretará íntegramente aquel disco maravilloso, con perdón por el exceso de afecto.
La verdad es que quizá sea bueno aprovechar este momento en el que Jim y William Reid, los hermanos que parieron la cosa, se sienten capaces de subirse juntos al escenario. En su época no era raro que acabasen resolviendo sus desavenencias a puñetazos, aunque fuese en pleno concierto, así que tampoco es cuestión de tentar a la suerte esperando a que el cumpleaños redondo llegue de verdad. La repesca de Psychocandy tiene además cierto sentido de recuperación de ocasiones perdidas, ya que las actuaciones que daban entonces The Jesus And Mary Chain mostraban cierta tendencia a acabar a los quince minutos, con bronca masiva y atestado policial. «¿Qué pasaría si tocásemos exactamente lo que tocábamos en 1985? Me pregunto si le gustaría a la gente», ha planteado un inquietante William Reid en su entrevista con el Guardian. Sobre Psychocandy, qué voy a decir, si es uno de mis discos favoritos: se trata de un elepé casi absurdo, una combinación de melodías pop y espinas de ruido que establece su propia lógica. Es un universo propio diseñado por dos inadaptados y, de alguna manera, ni siquiera parece envejecer como tanta otra música de la época.
A ver si algún festival se anima a traerlos por aquí el año que viene, aunque, con la impaciencia reinante, a lo mejor para entonces están celebrando ya los treinta años de su segundo álbum. También nos vale.