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Un 'quijote' muy lubricado

 

No sé yo si será muy bueno para la salud mental escuchar demasiado a menudo Lubricante, el disco nuevo de Los Ganglios, porque el cerebro se le va llenando a uno de gusanitos melódicos y líricos que se instalan felizmente allí y acaban afectando al comportamiento: uno va luego por la calle y, sin darse cuenta, empieza a canturrear sobre gafas de aluminio Telefunken, azucarillos después de la batalla, hematomas de pinchazos en brazos noruegos o economistas canarios espigados y con bigote, entre otras materias igualmente desconcertantes para el entorno cercano. Y, a veces, uno también suelta frases raras imitando absurdamente la voz robotizada del vocoder. Es un fenómeno incontrolable, de verdad, y afecta incluso a los niños: ya confesé por aquí que mi hija de tres años entonaba con decisión Babieca hiede, uno de los temas de adelanto del álbum, pero es que ahora se ha aprendido a su manera el estribillo de El Quijote P, bonita historia sobre alguien que se descarga de internet una versión porno del novelón. «Pero qué guarrería es esta, / no hay respeto por las obras maestras. / ¿Dónde está lo sutil de Cervantes / en este subproducto picante?».

El trío extremeño-sueco que forman Xoxe Tétano, Leli Loro y Rafa Filete borda el costumbrismo del siglo XXI, y también el del siglo XVII y el del siglo XI. Pero eso ya lo sabe todo el que los haya escuchado, y no voy a ponerme otra vez a dar la lata con mi pesadez de converso tardío. Lo que quiero decir, aunque me parezca también una obviedad, es que la capacidad adictiva de sus composiciones no se debe exclusivamente a la delirante temática de las letras, sino también a las melodías memorables que se agazapan bajo las gracietas, con arreglos de tecnopop, dub electrónico, canción romántica o lo que se tercie. Creo que canciones como Viejo sátiro hipertenso o El Quijote P se sostendrían perfectamente aunque se las deshonrase con una letra convencional, de amor o así. Claro que a lo mejor esa convicción mía es otro efecto secundario de la sobredosis de escuchas del disco. Venga, óiganlo y me dicen (aquí lo tienen en Spotify).

Ejem, ¿he dicho ya que El Quijote P tiene vídeo? Y es guarro, claro.

 

Por Carlos Benito

Sobre el autor

Periodista de El Correo. Nací en Logroño, estudié en Pamplona, vivo y trabajo en Bilbao.


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