Spotify aspira a reunir toda la música del mundo en cómodo streaming, y eso incluye también los sótanos más deprimentes de la producción discográfica, esas mazmorras húmedas y frías donde conviven artistas olvidados, artistas nunca descubiertos y artistas que, en fin, ni siquiera merecen ese nombre. Aquellas añoradas cubetas de discos de saldo, repletas de álbumes que daban miedo, también deberían tener su reflejo en la plataforma, claro que sí. Y gran parte de ese material está ya ahí, esperando al excéntrico o el despistado que se interese por él. El diario británico The Guardian dedicaba el otro día un artículo a Forgotify, una aplicación que selecciona al azar canciones que nadie ha reproducido jamás en Spotify: dicen los impulsores de esta iniciativa que el 20% de los temas disponibles han corrido esa suerte y tienen aún su contador a cero. Eso equivale, puntualizan, a cuatro millones de canciones.
Comprenderán que no he podido reprimirme y he hecho lo mismo que hizo el redactor del Guardian, lanzarme como un demente a Forgotify para ver qué diablos me salía en esa ruleta de residuos. Estos han sido los diez primeros temas que me han tocado, y creo que he tenido suerte: el resultado me gusta bastante más que muchos discos de moda.
John Grant & The Western Revue – Grand Entry. No tienen nada que ver con el John Grant del que somos tan fans por aquí, pero esta banda de Oregón especializada en animar rodeos está muy bien. Vamos, que este tema instrumental me parece estupendo para iniciar un cedé de varios.
伍思凱 – 少年心 (chorus version). Ja, logré copiapegar los caracteres chinos. Veo que este hombre, 伍思凱, tiene varios álbumes y toca los teclados, al menos en las portadas. La canción parece tener ciertas pretensiones de grandiosidad, lo que hace aún más triste su aparición en esta fosa común. Triste, que no injustificada.
(No me hagan mucho caso, pero he invertido unos minutos extra en el asunto y a lo mejor el tema es Corazón joven II, del taiwanés Sky Wu, o Cielo Wu, o como sea).
1. Futurologischer Congress – Heimatlied. Tienen hasta entrada en Wikipedia, aunque sea en alemán. Se trata de una banda «experimentelle elektronische» de Berlín que editó un par de álbumes en los 80 y varias referencias posteriores. Esta canción fue su tercer sencillo, de 1981, y me parece una muestra perfecta de cierto sonido alemán de aquella época. Pónganse a escuchar a 1. Futurologischer Congress, caramba.
Humera Chaudhri – Oye munda roz roz. Me huelo que la India acapara buena parte de esta trastienda de la producción musical. Esto suena a Bollywood, con sus arreglos juguetones y sus rizos melódicos. Tampoco me voy a poner triunfalista, pero es una cosa decente.
Chodské Trio – Hdyž jsem šla v Praze po rynku. Polifonía vocal checa, supongo. Es agradable, es breve.
O.P. Nayyar, Mohd Rafi, Geeta Dutt – Muhabbat kar lo jee bhar lo. Nayyar es uno de los grandes compositores de bandas sonoras de Bollywood y los dos intérpretes son también de primera, que lo sepan. Si no están de acuerdo, protesten en otra ventanilla, que yo lo he leído por ahí. La canción está muy bien, es un dúo la mar de pegadizo con algún interludio un poco… mmmm… country y un final inesperado. Qué chula.
John Metz – Suite IV in F Major, Gigue. Algo menos de dos minutos de clave solo. Hey, la autora es Élisabeth-Claude Jacquet de la Guerre, compositora francesa de los siglos XVII y XVIII, un tiempo en el que no abundaban las mujeres en esas lides.
Erol Çöke – Ömründe hep adim adim. Bienvenidos a Turquía, me imagino. Empieza bien, con un violín sugerente, pero el cantante se hace cansino muy pronto.
Yves Robert – Interrogatoire. Un actor francés recitando uno de los Ejercicios de estilo del escritor francés Raymond Queneau. El libro lo leí de joven y me aburrió. Escuchado, con mi francés de EGB, es todavía peor.
The Kay Gees – Waiting At The Bus Stop. No concibo que nadie hubiese reproducido aún en Spotify esta canción de los Kay Gees, grupo de funk que, por lo que veo, tiene cierto renombre. A mí, que el funk ni fu ni fa, me suena estupenda, y la portada es preciosa, tan colorista y bonita que se la he puesto arriba, a modo de encabezamiento.
Por supuesto, aquí lo tienen todo para su propio disfrute, aunque lo mejor es que se pasen por Forgotify y den una alegría a toda esa música que nadie escucha…