Mohammad es un trío de cámara griego con una formación atípica, pero muy adecuada si se pretenden explorar simas y abismos: un miembro toca el contrabajo, otro le da al violonchelo y el tercero maneja «osciladores», es decir, aporta un sutil toque electrónico al asunto. En las tres piezas de su nuevo álbum, Som Sakrifis, los dos instrumentos de cuerda gimen, reptan, se entrelazan en notas que parecen eternas y de pronto recuperan fuerzas con cambios mínimos que, en ese entorno de recogimiento y austeridad, se vuelven espectaculares.
Este es el primer corte del disco, Sakrifis. Con vídeo y todo.