Con lo conservadoramente rockista que suele ser la programación musical de Bilbao, tiene narices que el sábado coincidan dos conciertos de artistas inquietos, interesantes, contemporáneos, y que encima los dos sean de entrada gratuita. En la selección de actuaciones de noviembre ya cité el de Felix Kubin, Dead Rat Orchestra y RxFxSx, que forma parte del programa del MEM y arrancará a las ocho de la tarde en Bilborock. También habría recomendado, si hubiese sabido de su existencia, la visita al Atrio de las Culturas de la Alhóndiga de una de las artistas más interesantes de los últimos tiempos: la estadounidense Julianna Barwick, que el año pasado editó el hipnótico The Magic Place. Su concierto empezará a las 21.30 horas y, ya les digo, también es gratis.

Parece que, en este mundo tan propenso a etiquetar a la gente en pocas palabras, a Julianna le ha caído el sambenito de «sucesora de Björk». Más allá de su preocupación compartida por la voz humana, no sé si veo muy clara la conexión: nuestra protagonista, nacida en Luisiana, criada en Misuri y residente en Nueva York, hace una música alejada del pop, contemplativa, estática, a la que resulta casi inevitable atribuirle cierta dimensión espiritual. A mí, si me permiten el atrevimiento lírico, me hace pensar en motas de polvo flotando al sol. Sus canciones están fabricadas con sucesivas capas de su propia voz reproducidas en bucle, hasta crear un efecto coral que se acompaña con una instrumentación ocasional y austera. El resultado está emparentado con el ambient y, con perdón, la new age, pero el vínculo más claro que le veo es la música clásica contemporánea más mística, o quizá la antigua música religiosa. Este año, por cierto, ha editado un álbum de su nuevo proyecto Ombre, junto a su compañero de sello Helado Negro.

Vayan a escuchar a Julianna Barwick y déjense transportar en su burbuja sonora, caramba. Les dejo con su Envelop, con este vídeo tan adolescente.