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Googoosh y la libertad

Googoosh es la gran dama de la canción iraní, una leyenda a quien la Revolución Islámica de 1979 obligó a permanecer en silencio durante 21 años: sin actuar en público, algo prohibidísimo para las mujeres, y sin conceder entrevistas, por si acaso. A los ayatolás no debía de gustarles mucho una artista divorciada ya dos veces que convivía sin casarse con su tercer compañero, pero aun así Googoosh, que había empezado de muy niña en el cine y se encontraba en sus días de mayor gloria, decidió quedarse en aquel país sin música. Quizá tuvo algo de cabezonería, de ganas de llevar la contraria, porque ahora en cambio vive en Estados Unidos.

Durante su forzosa ausencia de los escenarios se convirtió en una figura de culto para los persas repartidos por el mundo, y también para los azerbaiyanos, puesto que sus padres procedían de la entonces república soviética: «Todavía me pregunto cómo alguien como yo puede ser silenciado durante 21 años, sin acceso a los medios, y que el resultado sea tan contrario al que se pretendía. Es un misterio para mí», ha declarado la vocalista, cuyo nombre auténtico es Faegheh Atashin. Les hablo de ella porque está experimentando un nuevo resurgimiento, y me alegro: no solo sus canciones han llegado a públicos vírgenes a través de reediciones y recopilatorios, sino que se ha convertido en anfitriona de su propio programa de televisión, Googoosh Music Academy, una suerte de Operación Triunfo persa. El programa se emite en Manoto 1, una cadena con sede en el Reino Unido que está dando grandes quebraderos de cabeza al régimen iraní. Y no precisamente por sus tertulias políticas, sino, según explica este artículo de Reuters, por mostrar a los iraníes de Irán cómo viven los iraníes de fuera, esos jóvenes a la moda que cantan en farsi en el programa de Googoosh o los participantes en concursos de cocina donde hombres y mujeres confraternizan y beben alcohol.

Vamos, lo que habría sido la evolución lógica en un país que, antes de que lo sumiesen en las sombras con un gran turbante, bailaba cosas como este Talaagh de Googoosh. ¿No les recuerda un poco o un mucho a la España de entonces?

 

 

Por Carlos Benito

Sobre el autor

Periodista de El Correo. Nací en Logroño, estudié en Pamplona, vivo y trabajo en Bilbao.


abril 2012
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