Uno de los signos que definen nuestra era es la costumbre de vivir para otros: viajar para sacar fotos, emprender actividades para contarlas en el blog, existir sólo como condición previa para figurar en las redes sociales. Lo de hacer cosas para la galería tiene más sentido que nunca: nosotros mismos formamos parte de ese público que nos mira y acabamos creyéndonos que de verdad somos eso que se ve, aunque se trate de una imagen parcial e incluso trucada que ya no se parece casi nada a nosotros. Hemos mencionado alguna vez por aquí que esto también afecta a la música, ya que, con redes como last.fm, que llevan cuenta de lo que oímos y lo muestran al mundo, el componente exhibicionista que siempre ha existido en cierta parte de la afición se dispara. Este mes hubo un momento muy significativo: iTunes lanzó una nueva versión que no era compatible con last.fm, de forma que las canciones escuchadas no aparecían en el correspondiente perfil. Sólo fueron dos o tres días, un fin de semana, pero la gente se sublevó. «Nada me molesta más que el hecho de que mis canciones no queden registradas. Esperar hasta el lunes será matador», decía un usuario. «Necesito ver cómo los temas se actualizan en mi perfil», escribía otra. La gente se lanzaba a operaciones informáticas para las que no estaba preparada, todo con tal de no perder ese tesoro de audiciones del fin de semana. Imaginen si no queda para la posteridad que hemos escuchado cinco canciones de Arcade Fire, cuatro de Deerhunter -en la foto de arriba- y dos de Pitingo, aunque esas a lo mejor decidimos borrarlas para que la gente no piense que nos gustan.
¿Se han dado cuenta, por cierto, de que ya proliferan las listas de lo mejor de 2010? Sí, estamos todavía en noviembre y el año sigue teniendo un mes más, pero esa anticipación, esa impaciencia, es otro rasgo de esta sociedad hambrienta de fenómenos, de sucesos que, por minúsculos e insignificantes que sean, sirvan para alimentar la sensación de vivir a la última. He leído por ahí el argumento de que, total, ya no quedan novedades discográficas interesantes para diciembre, como si los que confeccionan esas listas hubiesen escuchado puntualmente todo lo que ha ido saliendo hasta ahora. Para el 28 de diciembre, cuando solemos hacer la lista evadida, estaremos tan desfasados como si publicásemos lo mejor de 2007. Eso sí, podremos involucrarnos en otra de las grandes tendencias de nuestro tiempo: copiar.