El mento suele ser el género olvidado de Jamaica. Antepasado cercano del ska y el reggae, se le ha considerado muchas veces un estilo sin otro interés que su capacidad para entretener a los turistas. Y de eso saben mucho nuestros protagonistas de hoy, los Jolly Boys, unos vejestorios prodigiosos cuyos orígenes como grupo están en la isla que el actor Errol Flynn se compró allá por mitad de los años cuarenta: allí organizaba fiestas que todavía se recuerdan, quizá a alguien le dure aún la resaca, y la banda sonora de mento, calipso y rumba corría a cargo de unos sujetos bautizados como Navy Island Swamp Boys. “Solían seguir a Errol por todas partes tocando a cambio de bebida y música. No podíamos conseguir un momento de paz”, recuerda en el Telegraph la viuda del desenfrenado actor, Patrice.

De aquella banda nacieron en 1955 los Jolly Boys, que hace unos meses, más de medio siglo después de su formación y con más de 380 años entre los cinco, han dado por fin el salto internacional con su álbum Great Expectation, en el que versionan temas como The Passenger de Iggy Pop, el Blue Monday de New Order (tienen que verlo) o este Rehab de Amy Winehouse, a la que imaginamos sin problemas nadando en mares de ron con esta música de fondo.