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Jamenéi, contra la música

Al ayatolá Jamenéi no le gusta la música. Uno intuye que eso se debe a que la música hace feliz a la gente, y este tipo de personas suele preferir que sus subordinados se instalen de forma permanente en la aflicción y el sufrimiento. Según informaba anteayer The Guardian, el líder supremo ha dado un paso más en su esfuerzo por empeorar la vida de los iraníes, y todo porque a un seguidor que quería estudiar música se le ocurrió consultarle: «Aunque la música es halal -ha respondido Jamenéi, con esa lógica peculiar reservada a los intérpretes de la voluntad divina-, promoverla y enseñarla no es compatible con los valores máximos del sagrado régimen de la República Islámica». Y ha añadido: «Es mejor que nuestra querida juventud emplee su valioso tiempo en aprender ciencia y habilidades esenciales y útiles y llene su tiempo con deporte y entretenimientos saludables en lugar de con música». Podría pensarse que es un planteamiento hipócrita, que Jamenéi impone a sus conciudadanos lo que no desea para él, e incluso sospechar que el ayatolá esconde en casa una buena discoteca para su solaz privado, pero parece que no: la cosa es peor, porque, como decíamos, a Jamenéi no le gusta la música, y eso da mucho miedo. El periódico británico recoge el testimonio de Houshang Asadi, que compartió celda con el clérigo: «Odiaba la música desde el principio. A veces le cantaba una canción de Banan y me decía que evitase la música y, en su lugar, rezase a Dios». Ay, qué triste.

Por culpa de sus gobernantes, los iraníes no pueden disfrutar de músicas que un día les alegraron la existencia. Hace unos meses les recomendé Pomegranates, una antología de la escena persa de los 60 y los 70. Pues bien, Mohammad Nouri, una de las figuras de aquella época que aparecen en el disco, falleció el pasado fin de semana, así que les dejo con su Biya Bar-e Safar Bandim, ideal para remangarse los hábitos y bailotear un poquillo. Es difícil creer en Dios, pero todavía es más difícil creer en un dios al que no le gusta la música.

Por Carlos Benito

Sobre el autor

Periodista de El Correo. Nací en Logroño, estudié en Pamplona, vivo y trabajo en Bilbao.


agosto 2010
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