Kumbia Queers andan tan sobradas de personalidad que podrían vender un pedazo a todos esos grupos soseras que hay por ahí. Las creadoras del «tropipunk» son seis chicas de estética queer que se dedican, claro, a la cumbia, ese estilo de origen colombiano que se ha extendido por toda Hispanoamérica y que, en los últimos tiempos, ha adquirido una inesperada respetabilidad y una popularidad global: los últimos a los que he escuchado hablar de ella son los jugadores de La Roja, que escuchaban en Sudáfrica al grupo Super Mer Ka 2, y Elijah Wood (ya saben, Frodo), que se ha declarado fanático de la cumbia peruana y anda por ahí recomendando a los veteranísimos Juaneco y su Combo. Pero lo de Kumbia Queers es un poco distinto: nacieron a raíz de que una componente de las mexicanas Ultrasónicas (las de Vente en mi boca) se mudase a Argentina y, como es lógico, le dan al estilo un toque un poquito más punk y menos folclorista.

Su segundo álbum, La gran estafa del tropipunk, está a punto de salir, pero comprenderán que no me resista a colgar Kumbia dark, su versión cumbianchera, insólita y a la vez tremendamente respetuosa de Lovesong, la canción de los Cure. ¡Y esto va para ti, Robert Smith!