Supongo que otros tendrían esa misma impresión con Franz Ferdinand o con algún otro grupo de esa hornada, pero para mí The Futureheads fueron la prueba de que por fin mis años favoritos de la historia del rock, el peculiar periodo que va de 1978 a 1980, volvía a ponerse de moda. Los vi en concierto por pura casualidad durante unas vacaciones en Londres, antes de que editasen su primer álbum, y gocé como un enano con ese sonido atropellado que remitía a Gang Of Four o Wire. Al poco tiempo uno se arrepintió de haber deseado alguna vez que ese estilo recobrase la vigencia, porque todos los grupos británicos empezaron a hacer más o menos lo mismo, pero me parece que la situación ya se ha normalizado y quedan los que tienen que quedar. En fin: los Futureheads son maestros en temas contagiosos, acelerados y breves con acento del norte de Inglaterra, como esta Canción del latido que les traigo. Dejen que se les acelere el corazón ahora que empieza la primavera.