Ya perdonarán la deriva retro que ha tomado este blog en los últimos posts, pero no podía dejar de hablar de Sade. Sí, Sade, Helen Folasade Adu, la cantante nigeriano-británica que arrasó a mediados de los 80 con su jazz-soul-pop ambiental y suavito, elevando de paso la cotización de palabras como ébano o terciopelo en la prensa musical. La música no sé, pero creo que entonces a todos nos gustaba Sade, la persona, y todos sentimos mucha envidia cuando nos enteramos, allá por el Pleistoceno, de que estaba liada con un español, y seguro que muchos nos hemos preguntado qué habría sido de ella en todos estos años, en los que se ha dejado ver y oír tan poco.
Pues bien, Sade edita en febrero un nuevo disco, Soldier Of Love. A mí, o a ese yo de hace veinticinco años, sí me gustaba la música de Sade: era muy blanda, claro, pero en ningún sitio está escrito que la música dura y exigente sea por fuerza mejor. Ya se puede escuchar su nuevo sencillo (lo tienen abajo), que al principio parece un tema de Amy Winehouse pero pronto empieza a sonar a Sade. Y lo mejor de todo: la chica por fin ha colgado en su MySpace unas fotos actuales, tomadas por Kevin Mazer en la fiesta de presentación del álbum, que permiten comprobar que sigue espléndida a los 50. Le he robado una y se la cuelgo, para ver si así me perdonan la deriva retro del blog.