En su momento, a lo mejor no habría dado un duro por la posibilidad de una colaboración entre Hope Sandoval y Colm Ó Cíosóig, pero ahora no me importa dar unos cuantos euros por los resultados de esa improbable pero ya sólida alianza. En realidad, quizá no se trate de una cosa tan extraña, aunque a priori yo no la veía del todo clara. La californiana Hope Sandoval, a la que tienen en la foto de la derecha, era (bueno, es) la vocalista de Mazzy Star, un grupo de ritmo lento y sonido narcotizado en cuyas descripciones aparece a menudo la palabra opio: es un recurso gracioso, porque la mayoría de la gente que lo utiliza ha escuchado a Mazzy Star pero jamás ha fumado opio. Y el irlandés Colm era (bueno, es) el batería de My Bloody Valentine, grupo responsable de miles de sorderas precoces y de cientos de imitadores con mucha distorsión y escaso talento. Pero también es verdad que ambas bandas comparten savia psicodélica y que Colm, cuando le dejaban, ya demostraba hace un par de décadas sus ganas de salirse de los parámetros sonoros de la banda madre.
El caso es que Hope y Colm acaban de sacar su segundo álbum como Hope Sandoval & The Warm Inventions, Through the Devil Softly, una nueva muestra de auténtica maestría a la hora de crear ambientes nocturnos e hipnóticos, que a unos les parecen relajantes y a otros les generan una vaga inquietud. Hope –que ha prestado su voz a gente como The Jesus And Mary Chain, The Chemical Brothers, Death In Vegas, Air o Massive Attack– siempre ha sido una mujer misteriosa, huidiza, poco amiga de las entrevistas, así que para promocionar este disco está respondiendo un cuestionario por entregas en su MySpace. Tampoco es que ahí se explaye mucho: a la pregunta de qué le parece ser una estrella en la escena shoegaze, responde: “No estoy muy segura de lo que significa shoegaze”. Pero, en fin, les copio una frase bonita sobre su proceso creativo: “Escribimos nuestras cancioncitas y, si todavía relucen por la mañana, nos dicen cómo quieren sonar. A veces se quedan exactamente igual, otras veces oímos guitarras fantasma, teclados fantasma o algún sonido que no es necesariamente un instrumento, sino sólo un sonido, e intentamos recrear ese sonido”.
Enciendan la pipa o sírvanse un vasito de láudano y pulsen el play de esta imagen tan fea.