Con un nombre como Geoffrey Gurrumul Yunupingu, de rareza casi inverosímil, uno se espera canciones radicalmente alejadas de los cánones occidentales, en uno de esos encuentros con lo ajeno que propician las músicas del mundo, con perdón por la absurda etiqueta. Y, sin embargo, el sonido de este aborigen australiano nos resulta sorprendentemente próximo y nos conmueve según nuestros propios resortes culturales, hasta el punto de que lo han comparado con Nick Drake y lo podrían comparar también -bueno, seguro que ya lo han hecho- con Neil Young. Ciego de nacimiento y hombre de muy pocas palabras, Gurrumul, como se le conoce para abreviar, cuenta en sus canciones historias de su tierra, la isla de Elcho, y de su gente, los Gumatj. Escuchen Bäpa (Padre).