Mis conocimientos tienen muchas lagunas, pero algunas son de tales proporciones que merecen la categoría de mares interiores. Por ejemplo, no sé prácticamente nada de música popular francesa en ninguna de sus variantes: ni cantautores airados, ni cabaré picarón, ni acordeonistas sentimentales, ni chicas yeyé con faldas escuetas y cabecita loca. Pero, bueno, la canción de hoy viene a ser un islote precioso en ese mar interior, y no voy a dejar de recomendárselo por la tontería de no haber explorado el entorno.

Clothilde era una de esas vistosas chicas yeyé, y poco más tengo que decir sobre ella, porque se mantiene inasible y misteriosa aun en estos tiempos de sobreexposición internetera. Sólo grabó dos EPs, ese formato de cuatro canciones que ahora vuelve a estar de moda, además de un par de versiones alternativas en italiano. Y se desvaneció: algunos enterados escriben por ahí que acabó suicidándose debido a un amor desgraciado, pero no he sido capaz de confirmarlo. Aparte del gancho melódico propio de la época y el género, sus canciones destacan por lo abigarrado de la instrumentación, ya que su productor y protector, Germinal Tenas, tendía al exceso y la extravagancia. Además, Fallait pas écraser la queue du chat tiene una letra muy poco convencional: si el poquísimo francés que me queda de EGB no me engaña, el título viene a significar algo así como No había que pisar la cola del gato, aunque agradecería que me corrigiese cualquier lector capaz de pronunciar correctamente la erre francesa, y la canción habla de un pobre hombre que atrae sobre sí sucesivas disgracias por pisar a un minino. Se corta un brazo serrando un árbol, le atropella un coche y le amputan la pierna equivocada, se encuentra a su mujer encamada con otro tío… Vamos, una historia muy poco yeyé.

No se la pierdan. Y, si les gusta, aprovechen esto y aprópiense del islote.