La web del Kafe Antzokia me dio ayer la mayor y mejor sorpresa de los últimos meses: el 11 de abril tendremos en Bilbao a The Only Ones, a menos que en estos tres meses se produzca el desenlace fatal que muchos llevan esperando desde hace casi treinta años. Para que me entiendan, el líder del cuarteto británico, Peter Perrett, es un poco Antonio Vega: un tipo propenso a la reclusión narcótica cuya apariencia frágil encubre una resistencia privilegiada, llamada a desmentir los rumores constantes sobre su inminente fallecimiento. Y también comparte con el español la desgracia de que sus excesos químicos desvíen a menudo la atención de lo principal, esas portentosas canciones que llenaron tres álbumes entre el 78 y el 80. Los Only Ones están entre los perdedores de la época punk, pese a la petulancia de los nombres que Perrett puso a sus dos grupos de entonces (La Gloria de Inglaterra y Los Únicos, nada menos), pero sus canciones han envejecido mejor que las de muchos contemporáneos, beneficiadas en grado sumo por los solos de guitarra de John Perry, a la vez cristalinos y enérgicos. Como ya contamos en su momento, un anuncio de telefonía móvil utilizó hace año y pico su Another Girl, Another Planet y les ha llevado a esta inesperada resurrección y a esta visita a Bilbao que tiene alterado mi ritmo cardiaco.
Arriba tienen una foto reciente, para que los vean, y abajo un vídeo, más que nada para que los oigan tal como suenan ahora. Parecen seguir igual, a juzgar por las recientes declaraciones de John Perry a Music Mart: “Una vez me preguntaron si las drogas habían cambiado nuestro sonido. Y dije que sí, porque yo vacié un buen trozo de la parte trasera de mi Stratocaster para pasar la droga por las aduanas”.
Actualizado el 28 de febrero: se cayó de la agenda, pero al menos no ha sido por el “desenlace fatal”. Queda alguna esperanza para después del verano, crucen los dedos.